CUANDO NOS VOLVAMOS A ENCONTRAR || obirin ; oneshot

1. Primer y único capítulo.

//historia no va de acuerdo al anime-manga//

Kakashi miró a Obito. Él estaba tirado en el suelo, con la mirada perdida.
Era obvio que estaba a punto de acabar para él.

Para Kakashi era difícil ver morir a su mejor amigo por segunda vez.

—K-Kakashi —Susurró. Alzó la mano, hacia su rostro—... Hace unos años f-fui el u-único que no te dio un r-regalo por convertirte en Jounin y a-ahora... ahora que estoy a punto de morir, q-quisiera que te quedaras con mi Sharingan... sólo por... por el mal amigo q-que he sido to-todo este tiempo... —. La voz comenzaba a quebrarse.

Kakashi miró con lástima el suelo, estaba a punto de llorar. Apretó los labios fuerte.

—H-hey... no llores, r-recuerda que los ninjas no lloran. ¿C-cierto?

Su mano tocó la mejilla del peliblanco, después subió hasta su ojo. Con su otra mano, aguantando el terrible dolor, se sacó el único ojo con Sharingan que le quedaba.

—Ten... cuida b-bien que esta v-vez no te lo q-quiten, ¿vale?

Tomó la mano de Kakashi, y depositó el ojo en la misma. (Dios, juro que esto no es nada yaoi:v).

—G-gracias Kakashi... —sus ojos comenzaron a cerrarse, Kakashi comenzó a llorar— al fin... al fin podré e-estar con Rin.

Y así, la vida de Obito acabó. Esta vez sin trucos. Sin hoyos en la tierra que lo llevaran a una guarida secreta. Esta vez en realidad acabó.

Todo se había vuelto blanco.
Sus pensamientos eran nulos.
No recordaba nada.
Era una simple masa en medio de la nada.
Con la mente en blanco.

—Con que Obito Uchiha, ¿qué haces tú aquí?

Obito miró a todos lados. De un momento a otro se encontraba en un lugar demasiado extraño, un lugar que no tenía fondo, un lugar que parecía estar en blanco, un lugar que, extrañamente, era demasiado fácil de ignorar. Un lugar inexplicable.

La voz que le hablaba se encontraba frente a él.
Unos ojos perlados le miraron, lo conocía. Era un Hyuga. Traía una túnica blanca, su cabello estaba suelto y una aureola adornaba arriba de su cabeza.

—¿Y-yo? —Su voz era diferente. Miró hacía sus pies. Nada iba normal.
Se sentía más pequeño.
También tenía una túnica blanca, y unos goggles en la cabeza.

—En todo caso, por algo estás aquí. Aunque gracias a ti morí, me alegra saber que lograste encontrar la paz antes de fallecer —Le sonrió y se fue.

No se había dado cuenta, pero estaba rodeado de muchas personas. Pudo distinguir a varias.
Entre ellas, se encontró con Nagato, quien estaba acompañado de Konan y Yahiko.

Obito corrió hacia ellos. Tenía unas terribles ganas de disculparse con todos.

—¡Hey! —Dijo al llegar.

Ellos lo miraron confundidos.

—¿Quién eres tú, pequeño? —Dijo Konan con voz dulce.

—Y-yo... 

—¿Eres nuevo aquí? —Preguntó Nagato.

—Eh...

—¡Déjame presentarnos, somos el Equipo Jiraiya...! —Exclamó emocionado Yahiko.

—Konan, Yahiko y Nagato. Sí, los conozco —Dijo Obito.

Ellos lo miraron aún más desconcertados.