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Mi querid@ lector/a. Ahora sabes como empezaron mis problemas. Y todavía falta saber por lo que voy a pasar. Yo, Jane Castelano, te llevaré a un mundo donde tu entenderás el por que a cada una de mis acciones. Hace mucho que me pregunte acerca escribir sobre mi y hacerlo una historia. Ahora, comparto contigo mis experiencias. Reprimir mis sentimientos en este cuadernos va a ser de gran ayuda. Te pido que leas con determinación, parece ser que mis palabras serán algo confusas o tal vez me exalte demasiado, pero así soy. Esta soy yo.

Te agradezco darte tiempo al leerla.

Con cariño, Jane C.

Capitulo 2

-¡Dios mío!-gritó la profesora de Química- llevan una semana aquí y ya están causando desastre.

-¡Miss! Es que no entiendo nada- reclamó Alejandro, el niño payaso de la clase.

-Pero no por eso debes estar aventando comida a tus compañeros- se cruzo de brazos. Pequeñas risitas se escucharon por parte del grupo y es que la maestra no se había dado cuenta que presentaba boronas de pan en su pelirrojo cabello.

-¿De que tanto se ríen?

-De .. de nada-contesto Alonso conteniendo la risa. La maestra de Química era buena explicando la clase, ahora me gustaba mucho su materia y ciertamente como persona era mejor. Sólo que al no saberla tratar la sacan de sus casillas.

-Bien, continuemos.

-Profesora- levante la mano.

-¿Que sucede, Jane?

-¿Puedo ir al baño?-pedí como si fuera necesario ir.

-Si, date prisa- asentí rápidamente y salí hecha una bala. De nuevo la incomodidad se presentaba. Ya había sido una semana y ni él, ni yo nos dábamos la palabra.

Mire el cielo, mientras bajaba las escaleras del instituto. Ciertamente me sentía vacía, el enorme espacio que estaba repleto de él, se había esfumado.

<<¡¿A quién engaño?!>> gritó mi subconsciente.

Me gusta, me sigue gustan y mucho. Pero cada una de sus palabras. Aún siendo por mensaje, mandaron a la mierda la posibilidad de seguir una relación. Ni siquiera me quería escuchar, hablar frente a frente y aclarar las cosas.

También, en esa semana, Raquel se volvió cortante con Alonso, no es que estuviera de entrometida. Pero varias personas que no sabía de mi relación terminada con él, me preguntaban preocupados y se alejaban algo sorprendido. No era para sorprenderse que cortara con Alonso. Ya varias veces atrás habíamos terminado por estupideces, pero por la necesidad de estar cerca del otro, regresábamos prometiendo mejorar.

Esta vez era diferente.

Al llegar, lave mis manos y mi cara intranquila por saber que regresaría al salón. Me giré y desvíe mi camino. Tal vez lo mejor es descansar un poco en casa. Fui directo con la Orientadora del instituto insinuando que me dolía mucho el estómago. A lo que me contesto que pidiera en la cafetería un té y si frecuentaba el dolor, llamaría a mi mamá.

Con pasos cortos, me acerque a la cafetería y de inmediato me dieron el té, pero por supuesto, esta cafetería es tan tacaña que ni azúcar le ponen al té.

-Lety- hablé acercandóme.

-¿Que pasa, Jane?- me miró con una sonrisa.

-¿Por que no tiene azúcar el té? Estoy de acuerdo que tal vez el contador quiera ahorrar para las futuras generaciones. Pero Lety, ¡Estoy en una escuela de paga!

-Tranquila, niña- me tomó de los hombros- esto no es por el contador o la escuela. Se supone que un té sin azúcar ayuda a tu organismo a relajarse.

Funci el ceño, ¿De dónde saco eso? Yo no recuerdo que mi abuela me haya dado algo así cuando me sentía mal.

-¿En dónde viste eso?

-En internet- sonrió orgullosa.

-Pues esto no esta funcionando. ¡Esta horrible!

-Vamos, niña. Apurate y vete a tú salón que te van a regañar por estar saltando clases- me empujó rumbo a las bancas.

-Pero hay justicia, Lety. Ya lo verás- levante los brazos victoriosa. Me acerque a una banca en medio de otras dos. Tome el vaso lleno del líquido verde y lo bebí.

<<¡Asqueroso!>> Refunfuñe.

Lo deje a un lado y me recoste sobre la banca, mirando el azulado cielo. Era un día brillante y fresco, los pájaros transmitían sus tonadas, el viento soplaba por todos lado, invadiendo mis fosas nasales hasta llega a mis pulmones. Podría ser un maravilloso día para cualquiera, exepto para mí.

El regreso a clase había sido peor de lo que anteriormente imaginaba.

Y pensar que en algún momento anhelaba entrar a tercer año.

De un sólo sorbo, me tome la mitad de horrible té verdoso. ¡Iugh! Pareciera que Lety me quiere matar. Y apenas empezamos el año. Otro sorbo y me termine aquel espantoso líquido.

-Prometo no volver fingir y tener que tomar esa cosa- susurré asqueada. Subí directo al salón y justamente se escuchó Lazy song de Bruno Mars, indicando que era hora del receso.

Baje las escaleras bailando con algunos pasos que vi en el vídeo, mientras, Santiago criticaba mi forma de bailar.

-Pareces tabla- dijo divertido.

-Mira quien habla -lo señale- eres la persona menos indicada para criticar mi forma de bailar.

-¿Que estas tratando de decir?- me miró sospechoso.

-¡Que bailas horrible! - grité. Y lo que me gané fue un fuerte empujón, haciéndome chocar con alguien. Y para mi mala suerte con quien menos queria- Lo siento - susurré y me fui corriendo hasta Santiago. Mi corazón latia con fuerza y pereciera que mi estómago tenia vida propia, porque algo no dejaba de moverse y era incómodo.

-¡Viste tu cara!- dijo riéndose- para un meme.

-No es gracioso- empecé a caminar.

-¡Hey espera!- gritó y se acero poco a poco. Tomó de mi brazo y pare- sólo fue una broma.

-Y esta bien que hagas bromas, pero con él no- me solté de su agarre.

No con Alonso.

-¡Dios, ya superalo!- rodó los ojos.

-Amigo, en esto también eres el menos indicado al decirme eso.

-¿De que hablas?- frunció el seño. Detrás de él, Verónica y Paola se encontraban riendo.

-Tu amor no correspondido.

-¿Que? Jane ¿De que-

-¡Verónica!- grite interrumpiendo, ella me localizó y miré a Santiago- Amigo, ya superala.

Me giré y camine hasta mi amiga.

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⏰ Última actualización: May 30, 2016 ⏰

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