Capítulo 1. - El mejor día.

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Fue el dia de mi cumpleaños, todas las luces, musica, gritos, personas, me agotaron a pesar de que no me gustará nada de esto. Fui a la habitación, me acoste y no hubo ruido que importara mas que dormir, pero, tenia miedo. Habia huido de mi madre, mi conciencia no dejaba de mandarme alertas para esconderme pero no hice caso.
Se abrió la puerta, ella me jalo del brazo bruscamente de la cama y al momento senti mi pierna arder, estallar en un sinfín de dolores, ya me había golpeado con algo. Dolores comunes siguieron por todo mi cuerpo, ¿Qué hice para que se enojara tanto?. El objeto me habia marcado zonas de mi piel, en otras la había abierto dejando la sangre fluir, no sentía parte de mi pierna por el ardor pero recuerdo no haber llorado, fui fuerte, fui capaz de mirar a mi madre, sonreír y después bajar la mirada en algun lugar que no fuera mi anatomía débil. Se detuvo al escuchar palabras que salieron de mi boca, palabras que mi cerebro mandó sin pensarlo dos veces, " Te quiero".

Desperté y era de día, esperaba que mi madre me levantara como cada mañana con un grito o alguna otra ofensa pero no fue así, eso fue extraño, sin duda alguna. Al levantarme no me dolia nada, eso era aun más increible, pero las marcas aun eran registradas. Caminé directamente a la cocina, por raro que fuera no había nadie, claro y como lo pensaba se fueron con algún pariente nuestro a seguir bebiendo. Serví mi desayuno, aproveche a poner la música en lo alto sin importar los vecinos y mientras danzaba en pie tomaba una cucharada del cereal.
Al terminar solo deje las cosas alli, por primera vez nadie en la casa me obligaba a lavar todos los platos de la familia. No tenia que trabajar asi que no me bañe, estuve en ropa interior por la casa y nadie me ofendia por mi imperfecta anatomía, una por cierto llena de hematomas.

Ya dada la tarde, estaba jugando algunos video juegos en la computadora. Me aburrí al perder un par de partidas y tome un libro, comencé a leer pero tambien era aburrido. Recuerdo que esa tarde queria llamar a una chica, esa chica que me encantaba, mi compañera de clases, mi mejor amiga. Cierto temor abundo mi cuerpo al pensar en que pronto llegarian mis padres asi que ignoré la idea de tener compañía y empezaron los trabajos de la casa.

Las nueve y sin ninguna noticia, talvez me preocuparía si ellos lo hicieran por mi. El cereal nuevamente era delicioso, aunque era lo único que habia de comer podria sobrevivir con ello.
Diez, once.. oh, estaba decidido, no llegarian a dormir. Hice algunas actividades que normalmente me estaban prohibidas como jugar, comer las veces que quiero, desordenar, podria decirse que el reir tambien era algo estricto, hacer lo que yo quiero sin escuchar algun grito, sin sentir algún golpe, era increíble.
Este dia era el mejor de toda mi vida, sin duda. alguna.

No quiero soñar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora