Capitulo 2. - Lástima.

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Día nuevo, vuelta de mi rutina diaria.
Me levanté temprano ya que era una fecha de clases, arregle mi cuarto, lavé mi cuerpo y me vesti con mi uniforme. Recuerdo haberme puesto mayas largas, no querian que vieran mis piernas.

La casa estaba completamente normal en las mañanas, solo yo en pie. Aun no sabia del regreso de mis padres, tampoco queria investigarlo. Tomé dinero y sali de mi hogar camino al colegio, aunque era algo largo no parecía importar siempre y cuando llevará los audífonos puestos.
Cantaba en partes, en algunas otras solo seguía la melodía con mis manos, en otras trataba de aprender la parte rápida.
En un abrir y cerrar de ojos me jalaron la mochila haciendo que mi aparato reproductor cayera, eso me molestó demasiado, volvio mi vista enseguida y un grupo de cuatro hombres me rodeaba. Al parecer querian una chica mas que abusar, hubieran disfrutado la última.
¿Quieren morir?, pensé. Tres de ellos disipaban perversión, el mas joven, aun dando lo mejor de sí para ser como los otros, tenía miedo... ¿lástima?

Sus risas penetraron mis oidos cuando sonreí, en verdad no sabían lo que yo era. Mis ojos miraron al menor, la sonrisa de mi rostro se amplió y el chico cayo en cuestión de segundos. El dolor que mi madre provocó en mi hace unos días lo reproducí en el, no sabia medir la intensidad, no importaba si moría, no importaba nada, yo solo seguía sonriendo.
Sus pensamientos, sus temores, los buenos recuerdos y los malos se encontraban en mi memoria... vaya, ¿Abuso de un menor de 10 años? motivo suficiente para subir de nivel.
Los otros tres desesperados trataron de ayudar a su compañero, yo de pié, inmóvil delante de ellos disfrutaba de su angustia. El mas alto se acercó conmigo, el odio en su miraba atraía, llevaba consigo un objeto de metal que no me hacía ni titubiar. A punto de ser golpeada, tan solo crucé mis brazos al mantenerle la vista. Uno mas habia caido. Muerto de asfixia ya hacía en el suelo, recibió la muerte que le habia dado a una madre dentro de un lago. El recuerdo me entristecío en gran manera, tenía que cuidar de mi madre, no estoy listo para dejarla, me haría falta, sin importar la violencia, la amo.
Los últimos dos quedaron estupefactos, congelados, no sabían que hacer. ¿Podría tener consideración? Mnh, no lo creo.

Llegué a tiempo al colegio, fue bueno no demorar tanto con personas dementes, psicópatas, asesinas... como yo.

No quiero soñar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora