Era verano, el sol radiaba con su luz esplendorosa, el agua tomaba el color más azul. Para todos significaba el comienzo de una grandiosa etapa, pero para nosotros no. La mascota de SeungKwan murió. Cuando entregabas todo lo que tenías a un pequeño animal, cuando te desvivías por ese amiguito fiel que dormía contigo todas las noches, de pronto, el destino lo quitaba. Se lo arranchó descorazonadamente de las manos.
Verano, según mi lista, era mi tiempo de escucharlo. Cambiaría las palabras y las corregiría. Hoy en verano, yo voy a consolarlo. Y ahí estaba, él acostado en el sofá, con mis piernas como almohada. Lloraba desconsoladamente por la pérdida. Yo no podía comprender ese dolor, no podía acompañarlo en lo absoluto, porque nunca había experimentado algo como eso antes. Mi mano pasó por su cabello, por ese brilloso cabello rojizo que ahora podía perder su color debido al tiempo. No quiso dormir, tampoco comer. Con mucha dificultad logré comprarle algo y que al menos se alimentase.
—Lo amaba, yo lo quería mucho —susurró—. Tenía una mirada tan tierna. ¿Por qué tuvo que irse?
— Algunas personas se van por razones que no entendemos —respondí con mi mirada fija en la tele, atendiendo a las hebras de su cabello—. Otras regresan para irse y algunas llegan para quedarse.
— Me duele ya no tenerlo cerca —hipó, levantándose y mirándome con los ojos llorosos. Era una de las imágenes que tendría en mi cabeza durante mucho. Le limpié las lágrimas y traté de brindarle una sonrisa cálida—. ¿Debe ser así de difícil? Me pregunto si podré reemplazarlo algún día.
— No podrás —mis palabras frías hicieron que se pegara en mi pecho a llorar. No debía ilusionarlo con mentiras, no debía decirle que si compraba otra mascota dejaría de sentir dolor. Porque el nuevo animal se iría algún día y su sonrisa no estaría para siempre. Eso sería como quitar la daga y volverla a clavar—. Yo no trato de ser cruel, entiéndelo.
— Puedo entenderlo —contestó en un hilo de voz—. Tratas de consolarme, sólo eso.
— Sabes que si las cosas no fueran tan trágicas, me tuvieras aquí de todas formas.
—Lo sé y, te lo agradezco —sorpresivamente me abrazó. Yo creí que sólo fue el momento en el que SeungKwan se encontraba, lo que hizo que reaccionara de tal modo. Aquí el cruel no era yo, era él, por hacer estas cosas y matar a mi corazón con mil disparos—. Agradezco que estuvieras aquí, cuidándome y pidiéndome que me calme aunque eso no pasará.
— Claro que pasará —aseguré—. ¿Eres algún adivino? Entonces, dime mi futuro. Espero tener suerte —lo escuché reírse, eso fue más que música para mis oídos, mucho más—. Te ves hermoso cuando sonríes —confesé—. Tus dientes tan blancos y tus mejillas, llegan a un tope tan alto que me hacen sentir cómodo. No me preguntes de dónde saco palabras tan melodiosas. Sabrás que leo y que un lector siempre sabe qué decir.
— Tu tacto me hace sentir calmado, ¿sabes? —Sonreí como un tonto cuando sus palabras se soltaron.
La misma posición nos envolvía y yo me sentía curioso del día, de la hora, de los minutos. No, yo sabía del tiempo, pero no del momento en el que vivía. Vi que sus parpados se cerraban, estaba ansioso del próximo ánimo que me encontraría cuando él despertase.
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SEASONS OF MY HEART - SEOKWAN
Fanfiction"Sufro por ti, como si fueras la estación de invierno. Incluso es difícil respirar, cómo olvidarte, cómo reír. Porque tú eres mi ayer, mi hoy, mi mañana. Acostumbrado a verte todos los días. Eres mi primavera, verano, otoño e invierno. Quedándome só...