I Wish

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¿Cómo alguien que aparenta ser frío, desinteresado y algo amargado llegó a caer tan fácilmente en las redes de un chico que es todo lo contrario a él?

Min Yoongi, su sonrisa, al igual que una estrella fugaz, es motivo para pedir un deseo si logras verla.

Sólo le interesa su música, dormir y Jimin.

Park Jimin, un chico risueño, tan risueño que sus ojos desaparecen cuando su sonrisa se estampa en sus labios.

Jimin ama la vida y es feliz si los demás son felices.

Yoongi es una nube negra, a punto de llover y Jimin es el sol que todo lo ilumina tan sólo con aparecer.

Yoongi lleva días, semanas intentando terminar una canción y es que cuando le pidieron escribir una canción de amor, se negó rotundamente.

Porque, para escribir una canción de amor, hay que estar enamorado ¿verdad?

Y Yoongi lo está, por supuesto, pero nadie lo sabe, ni siquiera el peluche de kumamon que duerme con él cada noche.

Y no tiene idea como escribir una canción de amor sin que en su mente aparezca esa dulce sonrisa que hace que su corazón lata veloz.

Y es que escribir una canción nunca se le había hecho tan difícil, pero no puede permitirse que dicha letra lo delate delante de todo el grupo, toda la empresa y todas las fans.

Y es que Yoongi realmente estaba fascinado con todo lo que es Park Jimin.

Y verlo bailar era su pasatiempo favorito, ver al menor entregarse por completo a cada movimiento, a cada sonido e interpretarlo a la perfección con su cuerpo.

Yoongi estaba sentado en una esquina de la sala de ensayos, descansando, Jimin jamás descansaba, a no ser que Jin le ordenara detenerse.

El menor se acercó a él y apoyó su cabeza en el hombro ajeno, daba grandes suspiros que chocaban con el pálido cuello de Yoongi, funcionando como combustible para su corazón que comenzaba a bombear.

-Estoy agotado hyung-

Y esa voz tan infantil, acompañada con un tierno puchero hicieron sonreír a Yoongi, pero nadie lo notó, sólo él y se obligó a hacerla desaparecer.

Poco a poco la sala fue quedando vacía, los demás miembros del grupo iban uno a uno a las duchas para limpiar todo el sudor acumulado en las prácticas.

-Deberías ir a ducharte también Jiminnie-

Y Jimin sonrió, pero no lo ocultó. Amaba que su hyung lo llamara de esa forma, amaba como sonaba su nombre en la ronca voz de Yoongi.

Porque Suga no era el único enamorado, pero eso él no lo sabe. Y Jimin también cree tener un amor unilateral.

-Solo un minuto más-

Pidió, y como negarse a una petición de su querido Jimin. Tomó el cuerpo del menor y acomodó su cabeza en sus piernas para que así pudiese descansar mejor.

Jimin cerró los ojos con fuerza, con el fin de ahogar cualquier impulso que le exigiera acercarse más de lo debido al mayor.

Y Yoongi por primera vez cedió a sus impulsos y acarició el cabello del menor. Su respiración aún se sentía agitada por causa del baile.

Pero Jimin sabía perfectamente que no se debía a eso. Su respiración se agitaba de esa forma cada vez que el mayor estaba cerca.

-Jimin-

Se le escapó casi en un susurro, un susurro que el nombrado escucho y no pudo ignorar.

Abrió los ojos y se encontró con el rostro de Suga muy cerca del suyo, el mayor estaba durmiendo y se sonrojó al pensar que estaba soñando con él.

Levantó una mano y con cuidado acarició la suave mejilla de Yoongi y, aunque inconsciente, le regaló una sonrisa que hizo latir el corazón de Jimin tan fuerte que creyó saldría de su pecho.

Y en un momento de curiosidad, quiso saber si era posible que el corazón de Yoongi latiera con esa misma intensidad.

Bajo su mano, hasta llegar al pecho y pudo sentir como golpeaba su corazón.

Pero se golpeo internamente, pues seguramente su hyung no tenía tan buena recuperación al cansancio como él y aún mantiene los efectos del duro ensayo.

-Hyung-

Susurró esta vez Jimin, presionando el pecho contrario, sintiendo los golpes en su palma.

-¿Será posible que tu corazón lata por mí alguna vez?-

Preguntó, aunque sin esperar respuesta alguna.

-Ya late por ti Jiminie-

Confesó.

Sus mejillas se volvieron rojas, y Jimin pudo sentir como su pecho se contraía con más fuerza.

Las mejillas de Jimin también se tiñeron de rojo, y sus ojos se abrieron de par en par.

No estaba listo para recibir esa confesión de parte del mayor, de echo, no esperaba que estuviese escuchándolo.

-Mi corazón también late por ti hyung -

Las palabras escaparon de sus labios sin ser procesadas.

Llevaba tanto tiempo reprimiendo sus sentimientos que a la primera oportunidad aprovecharon de salir.

Yoongi abrió los ojos y al ver el rostro sonrojado del menor no pudo evitar sonreír dulcemente.

Y para Jimin esa sonrisa era la más hermosa, una sonrisa nerviosa y aliviada, una sonrisa solo para él.

-Tienes derecho a un deseo Jimin-

Bromeó recordando los rumores sobre su sonrisa, haciendo reír al menor que aún permanecía acostado en sus piernas.

-Quiero que me ames hyung-

Pidió.

-Ya lo hago Jimin, te amo -

Confesó

Y todo se iluminó, de pronto era la persona más feliz del mundo. Jimin se levantó para quedar sentado junto a él.

-Me debes otro deseo hyung-

Y Yoongi no comprendió al instante, y claro de seguro sonrió tontamente mientras fingió dormir y sintió la caricia en su mejilla.

- ¿Y qué es lo que deseas Jiminie?-

Preguntó acariciando con cuidado la mejilla contraria.

- Deseo que me beses hyung -

Y como un buen genio, obedeció.

Tomó las mejillas de Jimin entre sus manos y acercó sus rostros hasta que sus labios se rozaron.

-Concedido-

Susurró.





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