One Shot

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Era un día aburrido en Gravity Falls, Oregon. El cielo era gris, parecía que iba a llover. No hubo mucha actividad esa mañana, por lo que Stan decidió darle el día libre a Wendy después de las 12 pm.
    Stan acomodaba algunas cosas en la tienda y limpió un poco. Era extraño de su parte, pero Soos no estaba, había salido a un viaje a Portland para visitar a su novia Melody, y no quería molestar a Ford, así que decidió hacerlo él mismo.
    Pasó al rededor de una hora cuando ya había comenzado a llover. Stan miró hacia la ventana; observó los árboles, la lluvia, el suelo mojado y lodoso y algún gnomo buscando un lugar seco dónde refugiarse. Pero algo lo sacó de su pequeño trance: un ligero golpeteo, como el de una gota de agua. Giró hacia donde escuchaba el ruido y se percató de que era una gotera. Se apresuró a buscar una cubeta y ponerla debajo de esta. La observó unos segundos, pero en eso Ford salió gritando del sótano; se estaba incendiando, o al menos su bata "¡Stanley! ¡Stanley! Ayudame, ¡rápido!" ordenó alterado. Stan abrió la puerta y sacó a su gemelo lo más rápido que pudo.
    De Ford sólo salía humo y estaba empapado "gracias" dijo con algo de sarcasmo en su voz "cuando quieras, cerebrito" contestó Stan guiñándole un ojo. Ford lo observó un poco enojado, pero se fue calmando al pensar en que podría estar peor si no hubiera sido por Stan. Decidió entrar para secarse y seguir trabajando. Cuando llegó a la puerta soltó un agudo estornudo provocando que Stan emitiera un sonido de ternura. Ford gruñó bajo y volvió a estornudar de la misma forma.
    Stan fue hacia la cocina a prepararle un té a su hermano mientras él iba por unas toallas. Ford no dejaba de estornudar, temía que iba a enfermar. Se quitó la ropa mojada y se cubrió con varias toallas "qué infortunio" murmuró el seis dedos. En eso entró Stan a su habitación con una taza de té caliente, pero se exaltó al ver a su mitad de esa manera "¡oh, Ford! D-disculpa, debí tocar" dijo nervioso. Se giró hacia la puerta añadiendo "te preparé un té, para que te mejores más rápido. Aquí lo dejo" lo colocó sobre una mesita y se aproximó a la salida. Ford se sonrojó y cabizbajo pronunció "gracias". Stan se sonrojó y salió de la habitación no sin antes decir "cuando quieras, cerebrito" y con esto abandonó el lugar cerrando la puerta tras de sí.
Ford, ya seco, observó la taza de té y se acercó a ella tomándola entre sus manos, tomó un sorbo y se sentó en el único sofá de la habitación.
    —Necesito una cama— pensó. Sintió algo de frío y entonces recordó que seguía desnudo bajo esas toallas. "¡Woah! ¡Y algo de ropa!" exclamó levantándose y tomó su ropa pero esta seguía mojada. —Qué bien...— se resignó hincándose sobre el suelo y entonces pensó —¡claro, Stanley!—. Se colocó su bata de laboratorio habitual y salió directo a la habitación de Stanley.
    Tocó a la puerta e inmediato atendió su gemelo. Stan lo miró extrañado "Ford ¿qué sucede?" preguntó "mi ropa sigue húmeda. ¿Puedes prestarme algo, al menos, para dormir?" Stan no parecía convencido "¡te las devolveré mañana! Lo prometo, sólo hazme este favor" Stan observó un momento a su hermano y luego miró bajo, notando que no llevaba más que su bata encima. El menor se sonrojó. Sólo Dios sabe la clase de pensamientos lujuriosos que pasaron por su mente en ese momento. Ford, al notarlo, igual se sonrojó "¡pervertido, sólo dame algo de ropa!" exclamó abrazándose el cuerpo y eso hizo Stan. Entró a su habitación y buscó en el cajón algo que cubriera a su hermano. Regresó con Ford y le entregó la ropa "gracias, Stanley" añadió su gemelo aún sonrojado y se retiró. Stan le miró alejarse, pensando en lo que acababa de pasar —¿cómo puedo ser tan tonto? Necesito controlar mis deseos— "ah" suspiró "seguro Ford ya se ha dado cuenta. Augh ¡Mierda!" gritó y golpeó la puerta con el puño cerrado. Ford escuchó el ruido y, ya vestido, corrió donde su hermano. "Stanley, ¿¡estás bien!?" preguntó exaltado. Notó que una de las manos de Stan sangraban. "Oh, ¡por Dios! Estás sangrando" tomó su mano "déjame curarlo" le miró angustiado. Stan se sonrojó y soltó de las manos de Ford "no necesito tu ayuda, cerebrito, yo puedo solo" exclamó un poco enojado. "¡Claro que sí!, eres capaz de no desinfectarlo" le replicó su gemelo. Stan lo miró aún enojado y accedió a la petición de Ford.
    Seis dedos fue hacia el baño a buscar alcohol y vendas, mientras Stan esperaba paciente en su recamara. Una vez que Ford llegó se sentó junto a su hermano, tomó su mano y comenzó a untar alcohol sobre la herida de Stan quien hizo una mueca de dolor pero poco a poco se fue relajando. Ya Ford, habiendo terminado, frotó la mano de Stan y dijo "listo, pronto sanará-" no pudo terminar de hablar cuando le dieron ganas de estornudar. Giró el cuerpo en dirección opuesta a Stan y soltó un fuerte estornudo "wow, ese no fue de gatito. ¡Ya estás creciendo!" expresó Stan con tono de burla, riendo a carcajadas, mientras Ford, sonrojado, le miraba enojado. Apretó con fuerza la mano vendada de Stan quien soltó un grito ahogado de dolor, se levantó de la cama, dispuesto a irse, pero antes de poder abrir la puerta Stan le detuvo tomando su brazo "perdón, no pensé que te enojarías" lo miró apenado, Ford permanecía con el ceño fruncido "por favor, no te pongas así, era sólo un chiste" insistió "no crees que ya eres muy viejo para chistes" recriminó Ford "precisamente por eso las hago, hermanito" sonrió abiertamente y golpeó ligeramente el hombro de su hermano quien igual sonrió "tienes razón" abrió la puerta y salió de la habitación. Stan quería ir tras él, decirle cosas que sintió por muchos años, que sentía aún, un sentimiento muy grande por su hermano que se guardó por más de 40 años, pero no sabía cómo ni qué decirle, estaba asustado. Con frecuencia pensaba en cosas. En aquel extraño día en el que casi pierde a sus sobrinos y, lo más importante, a su hermano. Pensaba en Bill, y qué habría sido de ellos si Stan no hubiera decidido borrar a Bill dentro de su memoria.
    Estaba dormido, se sentía asfixiado y se retorcía en su cama. Vio a su hermano, estaba postrado en el suelo delante suyo, no respondía. Stan lo observaba. Sus ojos se cristalizaron y algunas lágrimas cayeron de éstos "¿F-Ford? Ford, hermanito, contesta. Hey, vamos, choca los seis" habló Stan, pero su gemelo no respondía. Pensó lo peor. Se acercó a él, pero en eso Bill apareció y tomó a Ford por el cuello, alzándolo alto "¡No, deja a mi hermano, Bill!" le señaló asustado Stan "¿qué me harás? ¡Eh! ¡¿Qué me harás, Stanley Pines?!" exclamó con tono burlón el triángulo. Stan quería llorar, no podía soportarlo, 30 años perdió a su hermano. No podía perderlo otra vez, no ahora. No sin jamás haberle confesado su amor "lo siento, Stanford-" una lágrima cayó "¡lo siento mucho! ¡Perdón por haberte arruinado tu sueño de la universidad! ¡Perdona haberte lanzado a ese portal! No fue mi intención. ¡Perdona por no haber tomado tu mano aquella vez! Y lo más importante ¡perdona jamás haberte dicho que te amaba!" Stan rompió en llanto, Bill reía descomunalmente.
    De pronto la risa cesó. No se oía ningún ruido. Stan levantó la vista y no veía nada. Todo era borroso. A lo lejos escuchaba un quejido que se hacía cada vez más rudo, hasta que despertó. Se encontraba boca arriba, empapado en sudor y con lágrimas en el rostro. Se sentó en la cama frotándose los ojos y luego notó que alguien lo observaba "¿Stanley?" Ford se había despertado por los sollozos ahogados de su hermano y se aproximó hasta su habitación "¿te encuentras bien?" preguntó angustiado. Stan no pudo aguantarlo más y, soltando más lágrimas, se lanzó a los brazos de su hermano. Ford quedó atónito por unos segundos y correspondió a su abrazo "no te preocupes, estoy aquí, yo te voy a proteger" dijo en tono suave, frotando la espalda de Stan. "Te amo" susurró Stan "¿qué?" Ford no se lo cree "te amo, Ford, te amo desde que somos adolescentes, desde el día en que creí que jamás me abandonarías, el día en que decidimos estar juntos para siempre. Aún que no fue así, pero, de todos modos, seguí amandote. Perdón por ser un idiota todo este tiempo" Stan se aferró más a Ford quien escuchaba lo que su gemelo decía "Stanley yo-" no logró terminar pues sus labios fueron aprisionados por los de su mitad. Stan lo besó, lo besó como nunca pudo imaginar.
    Los labios de Ford eran arrugados y pequeños, pero se sentían bien contra los suyos. Lo había cautivado. La bestia había sido domada y transformado en un lindo gatito que ronroneaba el nombre de Stanley entre susurros. Sus labios encajaban a la perfección. Era irónico porque ambos eran iguales, y ambos eran hermanos. Stan se separó de Ford para tomar aire. Seis dedos lo miraba fijamente. Su rostro se tornó en un color carmesí y su respiración era agitada. A pesar de haber sido un simple beso su ritmo cardíaco se aceleró notoriamente. Stan era rosado, su pena y dolor habían cesado. Sentía la necesidad de abrazar de nuevo a su hermano, pero este se adelantó a hacerlo "yo también te amo, Stanley, desde el momento en que reconocí tu rostro" Ford volvió besar a Stan, quien correspondió sin pensarlo.
    Esa noche habían estado juntos. La sensación del cuerpo de Stanford contra el de Stanley era maravilloso. Tantos años soñando con este momento y ahora la oportunidad se ha presentado. Ambos cuerpos se juntaron y unieron como uno solo. Ford pronunciaba el nombre de su gemelo entre gemidos y Stan le besaba constantemente. Esa noche había sido mágica para ambos hermanos. Eran viejos, pero aún seguían amándose, más que hermanos ahora eran algo más, algo aun más grande, y Stanley jamás lo olvidaría.
    A la mañana siguiente Stan se despertó en una habitación blanca e iluminada. Miró a todos lados pero no vio nada ni nadie. Al poco rato una puerta se abrió y entró una mujer joven vestida de blanco. En sus manos traía una bandeja con comida y medicina para Stan "buenos días, Stan, ¿haz dormido bien?" preguntó la mujer sonriendo. Stan no comprendía, no reconocía a la mujer, ella era hermosa, sin duda la recordaría. Pero esta vez no. "¿Dónde estamos? ¿Quién eres?" estaba confundido pero calmado "señor, usted se encuentra en un hospital médico. Llegó aquí inconsciente hace una semana. En el lugar de donde lo sacaron se encontró un cuerpo, no creímos que usted estuviera vivo, pero, por lo que veo, sí que lo está" la mujer dejó las cosas en una mesita y se sentó junto a Stan en un pequeño banquito "¿un cuerpo? ¿De quién?" Stan temía conocer la repuesta "su hermano, señor. Su gemelo Stanford. Hubo una explosión en su casa, él se encontraba en el sótano cuando sucedió". Stan no comprendía, ¿todo fue un sueño?, su hermano estaba muerto y jamás pudo decirle lo que sentía por él. Se recostó de nuevo en la cama y no dijo nada más. "Por cierto, esta tarde vendrán su sobrinos Dipper y Mabel a verle. Descansa un poco, Stanley" dijo la mujer y luego se retiró, dejando a Stan solo. Él comenzó a llorar, las lágrimas caían sin cesar de sus ojos y los cubrió con sus manos. Aún no lo creía. 30 años y no pudo salvarlo otra vez. —Como siempre, Stan, lo volviste a arruinar, y esta vez no podrás recuperar a tu hermano jamás —.

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