Era una fría tarde de otoño, como siempre yo llegaba de la escuela y me recostaba en el sillón a almorzar. Esperaba a que el reloj marcara las 2:20 pm, para partir al Penta igual que todos los Viernes. Me levanto, me lavo los dientes y me miro al espejo.
"estas gorda, deja de comer, has ejercicio, idiota"
Siempre es lo mismo, luego bajo la música y me miro al espejo, mi tes blanca, pálida. El rostro cansado y con ojeras por no poder conciliar el sueño. Llorár toda la noche y parecer agotáda. Me lavo la cara, me echo maquillaje y ordeno el bolso para salir.
Me dirijo al metro, con la sensación de que algo pasaría, el ambiente estaba menos tenso que otras veces.
Saqué el libro "Juventúd en Éxtasis" y comenzé a leer, al llegár a la estación guardé el libro, apagé la música y caminé a la sala, eran las 3:10 pm. Cuando entré a la sala encontré a Franco tocándo guitarra junto o otros chicos que no conozco, pero los había visto antes en la sala.
- Hola Franco -dije tímidamente-
- Hola Luna, ¿Cómo estás? -dijo con tono casual-
- Bien, supongo -me senté en la mesa junto a él- ¿Quienes son ellos?
- Ah, te los presento de inmediato -dijo riéndose- El es Camilo, el es Javier y el es Bastián.
- Hola, Me llamo Luna, mucho gusto -extendiendo mi mano para saludar-
- ¿Saludas de mano? -preguntó Bastián extrañado-
- Lo siento, la costumbre -reí levemente- Al juntarme con hombres generalmente, me eh acostumbrado a saludar así.
- Jajaja -dijo Camilo- ¿Te gusta el anime?
- Si, bastante, mi bolso está lleno de parches, colgantes y chapitas. -dije ruborizada-
Hablamos durante las 3 horas siguientes y cuando me dirijí al metro me dicen:
-Un gusto conocerte -todos a la vez- Eres muy simpática, Franco siempre se queda con las simpáticas. -dijo con voz áspera-
Todos reímos.
¿Podría comenzar con nuevas amistades?
¿Serán de confianza?
Bastantes dudas tengo respecto a ellos, pero sentí una energía tan positiva, la cual me hace confiár profundamente.