El proferor Tanner hablaba tan lentamente que parecía mentida. Dejaba ir las palabras de una manera tan pesada y aburrida que nadie era capaz de prestarle atención.
Todos estaban haciendo otras cosas tan poco útiles como saber las partes de un átomo. Luke estaba quemando tipex, Benett estaba intentando colar sus famosas bolitas de papel en la cartera de su compañero de delante y, cada vez que lo conseguía, Tyson debujaba una línea más en la mesa. En las cuatro semanas que llevábamos de curso esos dos llevaban 61.
Por otra parte Colton estaba discutiendo con su novia Erika por teléfono, y parecía bastante cabreada por lo que había hecho ya que se oían los gritos que atravesaban el teléfono y llegaban a la otra punta de la clase. Él por su parte parecía bastante poco interesado en la conversación con su típica una cara de fastidio.
Sus compañeros de equipo parecían divertirse con eso, y es que todos le habían advertido de lo que pasaría si empezaba a salir con una chica del instituto Friway, y no era para menos. Son unas dramáticas en ese instituto femenino.
Noah me había explicado la clase anterior, que Colton llevaba desde el verano tonteando con una chica llamada Emma, otra estudiante de Friway y una de las mejores amigas de Erika. Esta, cómo podemos comprobar, se había enterado, y no creo que volvieran a salir juntos... Por lo menos no esta semana.
Todos sabíamos la GRAN historia que unía a los institutos y justamente el otro día, en clase de cálculo, lo comentábamos Tyson y yo. Para resumir un poco en en el instituto Friway una chica llamada Amanda le rompió el corazón al hermano pequeño del capitán del equipo de waterpolo, Pol, y que su hermano planeó una venganza contra ella.
Esta fue tan humillante que las amigas de Amanda decidieron contraatacar con algo todavía más fuerte, iniciando una guerra que duró unos dos meses. En ese corto periodo de tiempo atletas, rebeldes y empollones se unieron en una batalla de corazones rotos, dignidades perdidas y bromas pesadas. La tercera guerra mundial.
No exagero si digo que la controversia fue tal que separó a nuestro pequeño pueblo en dos grupos, las alumnas del instituto Friway y los del Fitcher.
Y todo esto en horas de clase? Sí.
En este instituto los rumores son más rápidos que la luz y los secretos tan efímeros cómo una estrella fugaz. Sobre todo en nuestra clase, y es que no es menos siendo los directores del periódico. Nos llaman la clase Blash-it, y no es para menos.
Blash-it es una manera educada y divertida de decir que somos muy habladores. Contene las onomatopeyas: "bla", de hablar; "sh", de hacer silencio y "-it", de notita (post-it). Vamos que nos llaman unos vomitadores de palabras que no se callan y que utilizan todos los medios posibles para comunicarse con los demás, y bien orgullosos que estamos de ello.
