Pablo y su otro yo

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El comienzo de un nuevo ciclo lectivo ponía a prueba a la familia Giova, la cual luego de una extensa mudanza de Bariloche hacia Capital Federal, tenía que acoplarse y acostumbrarse a una nueva vida en una ciudad mucho más conglomerada y menos placentera que la anterior. El trabajo lo exigía como también el estado de salud de un pariente muy cercano.

Era como un volver a nacer en un lugar muy distinto. Así lo fue para Pablo que arrancaba un nuevo año en el colegio. No era un año como cualquier otro. Nueva gente, nuevo ambiente y nuevos amigos, pero principalmente el hecho de ser aceptado por estos. Este chico, mayormente conocido por Lito en su Bariloche natal pero "rebautizado" como Dito (en alusión a Sor -Dito-) no logró encontrar la forma de ser partícipe de el 2º año de Polimodal. Se sentía excluido por las bromas de los compañeros ya que tenía un grave problema auditivo y esa era la espina que tanto lo molestaba y no podía cambiar. Cuando más intentaba, mayores eran las consecuencias y peores. Su abuela, lo deprimía más, ya que sus días estaban contados y Lito no encontraba rumbo alguno.

Clase de Filosofía de por medio, Pablo comenzó a darse cuenta que las cosas podían cambiar. ¿Cómo? La expresión mediante señas ya se le había hecho costumbre por el hecho que no quería ser oído y por ende molestado por sus propios compañeros. Esta clase sirvió para que se diera cuenta que mediante estas señas podía acaparar la atención de alguien, muy importante para el, Eugenia. Esta chica era lo único por lo que Lito luchaba desde el momento que se dio cuenta que valía la pena seguir intentando ser participe de esa "elite". Eugenia comenzó a hablarle a Pablo mediante señas y día tras día esta relación se fue fortaleciendo. Ya había logrado su objetivo menor, lograr la atención de Eugenia pero faltaba el objetivo por el cual seguiría luchando mucho tiempo más por que el se sentía con las manos vacías. Eugenia le fue presentando a sus amigas, las cuales fueron hablando cada vez más y mejor acerca de ese chico llegado de Bariloche a principio de año y prejuzgado por un defecto que él no hubiera querido tener.

Un día, en clase de deportes, la peor noticia llegó tenuemente a sus oídos. Su abuela había fallecido. Tiempos difíciles le esperaban a Pablo ya sin su querida Nona. Ese día, era como un volver a empezar para Lito ya que sus compañeros comenzaron a darse cuenta del difícil momento que transcurría, pero el seguía inmerso en el depresivo ámbito familiar. Este hecho hizo recapacitar a estos "vivos", por de alguna manera llamar a los graciosos que se divierten a cuesta de otros y emprender un largo camino al lado de Lito luego de darse cuenta que había forma de comunicarse con él y que no era una persona diferente, tenía sus defectos como también sus virtudes, pero la primera impresión que tuvieron sus compañeros fue errónea.

Hoy en día, en su Bariloche natal pero de viaje de egresados, Pablo muy bien acompañado por su novia Eugenia, no se olvida de aquel día que cambió su vida para siempre, fue el día en que fue reconocido por sus compañeros como Lito y dejaba de ser Dito. El hecho de no comunicarse él mismo mediante el habla, hizo que se conociera con su actual novia mediante señas en aquella recordada clase de Filosofía y con la ayuda de esta, comenzar a trazar un camino que por aquel entonces era casi imposible pero eso ya no es más una utopía, es un merecido triunfo por parte de Lito que no bajo los brazos. La Nona lo debe admirar, él no la va a olvidar.

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⏰ Última actualización: May 18, 2016 ⏰

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