Capítulo O1|Años después del incidente.

11 0 3
                                    

-Eres increíble- farfulló Foster al verme salir de mi casa.

-Claro que lo soy- aseguré, dando una vuelta completa con mi hermoso vestido, haciendo que él rodara los ojos.

-¿Quieres subir ya?- me preguntó apurado y con las cejas alzadas.

Mi amigo Tate era un ser que detestaba ser impuntual, era por eso que a la mayoría de los eventos a los que iba con él siempre llegaba a tiempo -Claro que si, maniático- contesté con una sonrisa en mi rostro, caminando hacia su Toyota.

Foster (como todo un caballero) me hizo el favor de abrirme la puerta y como andaba tacones altos me tomó de la mano para empujarme hacia dentro.

-Gracias- le dije, acomodando mi cabello con ayuda del retrovisor.

-De nada- me contestó, moviendo el retrovisor a su posición original.

-¡Hey!- exclamé -Necesito arreglarme.

-No jodas Megan-. Abrió los ojos como platos mientras yo lo fulminaba con la mirada -, has estado como diez horas en tu casa para arreglarte ¿Y aún necesitas más?

-A diferencia de algunos yo si me quiero ver bien- repliqué como una niña pequeña, poniendo énfasis en la palabra "algunos".

-No es necesario vestirse bien para ir a estudiar- me dijo con burla en su voz.

-Tienes razón, no lo es. Pero tampoco me es prohibido hacerlo solo porque a ti no te gusta que me vea bien.

Una carcajada salió de sus labios, haciendo que mis mejillas se tornaran rojas -¿Qué es tan gracioso?

-Oh nada... Solo es increíble el como no te das cuenta de lo bien que te ves sin necesidad de ninguna clase de arreglo.

El tono de mis mejillas se intensificó -Tonto- susurré, dándole un pequeño empujón mientras arrancaba.

-Yo también te amo Megan- respondió, dándome un beso en la mejilla.

Sonreí de lado. Desde aquel día Foster y yo nos fuimos acercando el uno al otro hasta el punto de volvernos amigos inseparables.

-Solo avanza - le dije después de darle un pequeño empujón.

***

No se si ustedes lo han sentido, pero cada primer día de clases siento como si fuera la primera vez que voy a un colegio.

-¿Qué te ocurre? - me preguntó Tate al mismo tiempo que estacionaba el Toyota.

-Nada- contesté, escupiendo una gran bocanada de aire -. Es solo que... Tengo miedo ¿Sabes?

Otra risa salió de sus labios -No hay de que temer - dijo al mismo tiempo que entrelazaba los dedos de su mano con los míos -Y si alguien se atreve a molestarte juro que me las va a pagar.

Ambos nos reímos -Gracias Foster.

-De nada amiga- contestó y nos abrazamos antes de salir del auto.

No era todo tan fácil, a pesar de que era nuestro último año ya que primero que nada teníamos que ver nuestros horarios de clases.

- Tranquila Megs, ya vas a ver que vamos a ir a las mismas clases.

-Claro -concordó Foster -, siempre ha sido igual ¿Por qué no sería así este año?

- Si ¿Verdad? No es como si yo fuera la única que queda sola...

Los tres nos detuvimos cuando vimos

-Oh Megs - se lamentó Alex, haciendo un puchero mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Tate.

- ¡Este debe ser obra del diablo! -exclamó este al mismo tiempo que le daba un beso en la frente sin quitar los ojos del papel que teníamos en frente.

Y ahí estaban. Mi mejor amigo y su novia haciéndome sentir aún peor en esos momentos porque además de que no iba a ninguna clase con ellos tampoco tenía a alguien para distraerme de eso.

-¿Saben qué?- les dije a los dos -Ustedes tienen amor. Pero ¿Saben qué tengo yo?

-¿Senos?

-¿El dinero suficiente como para derrocharlo en ropa?

Si... Para los que aún tenían esperanzas de que Tate estuviera enamorado de mi tengo que aclararles que la primera pregunta no fue dicha por él.

En serio ¿Por qué enamorarte de tu mejor amigo cuando hay miles de chicos alrededor?

-Si... y si ¡Pero no!

-¿Entonces?- ambos arquearon una ceja.

-Comida - dije y mire hacia el cielo.

-La comida no esta ahí Megan- dijo Tate haciendo que Alex se riera mientras que yo hacía una mueca hacia su dirección.

Sonreí con hipocresía y fingí reírme -Y los senos de tu novia no están a más de 100 km a la redonda Tate - dije, haciéndolos callar a ambos.

-Touche - respondieron al unísono, cosa que me hizo rabiar y a ellos los hizo reírse.

-Nuestra Megs - dijo Alex, mientras me agitaba al abrazarme -. Siempre tan peleonera.

En eso se unió Foster y los tres nos abrazamos de esa manera extraña.

Bueno, los tres éramos y eso me gustaba porque de alguna manera no me sentía como una inadaptada en este colegio de estirados.

Y las demás personas como ya sabían nuestro tipo de personalidad no se metían con nosotros cosa de la que también estaba agradecida.

Cuando nos soltamos, nos dimos cuenta de que todo el pasillo se encontraba en silencio.

Y que no era por lo que habíamos hecho nosotros.

Así que los tres dirigimos nuestra mirada para el punto que recibía la atención y nos dimos cuenta de que en la entrada se encontraban uno chico de cabello marrón y de ojos cafés que iba vestido como si fuera un modelo o algo así.

Mire a Foster y a Alex, que estaban intercambiando palabras como quien era él, de donde venía blah,blah,blah...

-¿Que les pasa chicos?- les pregunté, pero ellos no respondían. Es más, sus pupilas lentamente se dirigieron hacia mi.

Frunci el ceño -¿Que pasa? - volví a preguntar mientras dirigía mi mirada para el frente.

En ese momento me di cuenta de lo que estaba pasando.

A una distancia no tan lejana se encontraba aquel chico poniendo sus ojos en mi como si fuera un espejismo o algo así.

Y cuando nuestras miradas conectaron, se fue acercando más...

∆ •∆ •∆ •∆ •∆ •∆ •∆ •∆ •∆ •∆ •∆ •∆ •∆ •

Sip, Barbara Palvin es la protagonista (o mira pero que original)

Pero, en defensa mía y de la historia no se va a usar el concepto del mejor amigo enamorado ¿O acaso creían que Tate estaba enamorado secretamente de Megs?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 02, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El arte de la imperfección Donde viven las historias. Descúbrelo ahora