Prólogo.

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Edgard no se volteo a verla. Las sábanas, seguían blancas como la cara pálida de la recién casada.
Sus manos temblaban, los ojos del novio estaban inyectados en sangre.
Silencio, y nada más.
La novia se levanto sigilosamente al baño.
"Tranquila Meliza, todo estará bien"
Silencio, y nada más.
La navaja de afeitar se escabulló por sus dedos; la envolvió en el papel higiénico, escondiéndola en su brasier.
Antes de salir, miró de reojo al hombre con el que la habían casado, aquel que no dudo en golpearla luego de saber que no era pura, (si tener sexo te puede quitar la pureza, claro) y que no la amaba, ¿por qué no la amaba? Ella tampoco lo sabía, es difícil adivinar como puede verte alguien más, qué siente cuando te ve, Meliza lo miraba y no sabía, ni siquiera podía adivinar sus propios sentimientos.
Salió sigilosa con los pies descalzos, el piso estaba helado, la navaja en su pecho, aún más.
Se recostó abrazando la espalda del recién casado.
- Lo siento por esto.- Susurro cerca de su oreja, sus labios estaban partidos, por el frío.
Ella no se refería al pasado, se refería al ahora y él no lo sabía.
Ella nunca había amado a un hombre, y él no sería la excepción.
Suavemente quito la navaja de su brasier.
Ella estaba deshonrada y tenía que huir ahora que podía, él era solo otro estorbó.
Con lágrimas corriendo de sus ojos repitió.
- Lo siento por esto- Y agregó- nunca debiste meterte en mi camino Edgard.- Él se iba a voltear para mirarla, los movimientos fueron rápidos; sin esperar respuesta, la navaja que esperaba en las manos frías de Meliza, le cortó la garganta al recién casado.

10 estrellas y sigo subiendo capítulos :)

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2019 ⏰

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