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Suena el despertador y no puedo evitar soltar un quejido.

-No, por favor -murmuro-, a clase no.

De repente recuerdo aquel capítulo de Los Simpson en el que Bart tiene un reloj que para el tiempo. Y en estos momentos, lo daría todo por ese reloj. Incluso mis skittles. Incluso mi nutella.

Vale, seamos sinceros, no mi nutella.

Pero lo daría casi todo.

En fin, me levanto en silencio, yendo lo más despacio posible para no hacer que la madera del pasillo cruja. Soy la primera en despertarse e irse de casa, ya que los demás van en coche. Pero yo prefiero ir andando, soy así de chula.

Preparo el desayuno, y cuando lo termino, de camino a mi habitación para vestirme golpeo mi dedo pequeño del pie contra la puerta.

*Ejem descripción gráfica de mi reacción*

Me recupero de mi dura caída con la seguridad de que hoy no será un buen día

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Me recupero de mi dura caída con la seguridad de que hoy no será un buen día.

Miro el reloj, y me doy cuenta de que voy cinco minutos tarde.

Nop, hoy no va ser un buen día.

Comienzo a correr, y al salir de casa me doy cuenta de que esta vez tendré que coger la bici si quiero llegar a tiempo a la primera clase. 

Diréis, ¿Qué clase es, que hay tanta prisa, Leah?

Educación física, niños. A primera hora, un Lunes por la mañana.

No puedo aguantar la espera. 

*La cantidad de sarcasmo en esa frase crea un agujero negro en el porche de su casa y hace que Leah muera tras ser convertida en un espagueti gigante debido a la inmensa fuerza gravitatoria. Fin*

Nah, es broma. Salgo por la puerta y empiezo a pedalear, al ritmo de "She's so lovely" de Scouting for girls. Paulatinamente mi ánimo empieza a cambiar. El viento en mi cara y escuchar la música hace que me relaje y no piense en la tortura que me espera al llegar al instituto.

Obviamente, esto termina cuando entro por la puerta.

Normalmente, en el instituto está todo el mundo corriendo por los pasillos, gritando, revolucionados. Pero no a primera hora de la mañana. Todos parecemos muertos vivientes que en vez de surcar la tierra por cerebros lo que buscan son unas sábanas y un buen colchón.

O un café. Depende de cómo se mire.

Tras terminar la primera clase y darme una ducha, me encuentro con mi amiga Raven, que se dirige a su clase de matemáticas avanzadas.

-Hey -me sonríe mientras me besa la mejilla-. ¿Qué tal?

-Mal -gruño-. Acabo de ser física y mentalmente eliminada.

-Eres una exagerada. En fin -Mira alrededor, pero de pronto vuelve a fijar la mirada en mí emocionada-. ¿Sabes qué? ¡Rick me ha mandado este anillo por correo por nuestro aniversario! ¿No es monísimo?

Plan L. (Tema lésbico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora