Hace unos días, me encontraba fumando un cigarrillo con mi mejor amiga. Ambos lo compartíamos porque últimamente no puedo terminarlo yo sólo y me parece triste permitir que el aire se lo fume.
El viento soplaba constantemente, pero el calor era insoportable para mi cuerpo; era incómodo tener que sacudir la ropa repetitivamente para permitir que pequeñas ráfagas de aire se filtraran y me refrescaran un poco.
Nuestra conversación tomó rumbo a las fiestas que hemos asistido juntos o separados, riendo del ridículo que pudimos haber hecho bajo la influencia del alcohol o la marihuana.
Empezamos a reir porque yo era un "Virgen" en el ámbito de fumar hierba y ella decidió mostrarme que es tener un poco de alegría en el cuerpo en una pequeña reunión hace tiempo. Nos burlamos de todas las tonterías que dije e hice drogado.
Creo que fue una experiencia muy graciosa.
Desde esa ocasión ambos comenzamos a fumar más seguido.
Nuestra conversación iba a un rumbo divertido, lleno de anécdotas.
Su bonito rostro cansado se opcaco un poco. Sabía que ella se encontraba mal desde hace días, pero nunca me contó nada al respecto y yo no quise "obligarla" a contarme que ocurría. Supuse que podría ser por su resiente renuncia al trabajo que tanto le gustaba, o los constantes regaños de sus padres por llegar tan tarde después de su entrenamiento.
Sus grandes y opacos ojos chocaron con los míos y yo me sentí morir.
¿Alguna vez han tenido una conexión tan grande con alguien que pueden saber que es lo que siente con tan sólo mirarla? Pues bien, eso mismo me ocurrió a mi.
Se veía tan marchita, pequeña e indefensa ahí sentada, con las piernas bajo sus muslos delgados y sus brazos rodeandose como un escudo que busca protección desesperada.
Un sollozo se ahogo en mi garganta, ¿hace cuando comenzó a marchitarse y yo nunca lo note hasta ahora? El humo se cruzó entre nosotros y mis ojos ardieron.
"-Comencé a inhalar cocaína e inyectarme heroína hace meses."
Escuche un crugir y no supe si fui yo quien se rompió o ella mientras decía esa pequeña y destructiva frase.
Saco un pequeño sobre de su bonita bolsa rosada y lo dejó en mis manos.
El sobre amarillento tenía el sello del hospital y mi respiración se volvió demasiado pesada.
No me miraba, no hablaba.
Estaba infectada.
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Los secretos de un ser humano||
RandomNo sabes quien soy. Quizá tú y yo pensamos igual o similar. Quizá hemos pasado por situaciones similares y quizá te sientas comodo leyendome. Tal vez nunca has pensado o vivido similar, pero podrías leer e intentar comprender.