He trabajado aquí por uno año, realmente ya no quería hacerlo. La misma rutina de siempre me aburría, necesitaba algo más.
Una de las tantas tardes, un chico de cabellos rizados y castaños entró. Se dirigió a la barra, fuí a atenderlo fingiendo normalidad, por dentro estaba muy estresado.
—¿Qué desea?
—Un capuchino de vainilla, por favor.—su el tono y mirada eran demasiado apagados.
—Enseguida.
Fui rápidamente a preparar el café, y cuando estaba listo, lo llevé de inmediato, no quería volver a lidiar con una fila de gente.
—Muchas gracias, Bill.—dijo leyendo mi nombre en mi delantal.
—Si quiere algo más, no dude en llamarme.—ofrecí con amabilidad.
—Umm... Puede... ¿Puede sentarse y tomar un café conmigo? Yo lo pagaré.
—¿Está seguro?—contesté muy confundido, no esperaba tal propuesta.
—Si, por favor.
Fui a prepararme un capuchino de vainilla, al igual que él. Me senté a su lado y tomé un poco de café. Era un sabor dulce, lo cual salía de mi zona de confort, yo estoy acostumbrado a la amargura de un café bien cargado.
—Que descortés soy, jeje. Soy Mason, Mason Pines.—se presentó con timidez.
—Yo soy Bill, Bill Cipher, un gusto.
Sonreí tratando de no entrar en pánico, no es lo mío socializar tan de repente, menos estos días de invierno, son muchas más las personas que buscan el calor de una bebida y un pan.
—El gusto es mio.—jugó un poco con sus manos, ansioso—¿Sabe? Quería conocer a alguien, no soy muy sociable.
—Descuide, yo tampoco soy muy sociable que digamos.—fuí honesto, era mejor decirlo de una vez antes de incomodar al cliente.
—Pensé que me iba a rechazar, últimamente todos los hacen. Ya no voy a clases, no necesito ir, ya me sé todo de memoria, además, la escuela no me ayudará con mis sueños. Siempre estoy solo, desde que mi hermana se casó, yo vivo solo... En una semana me quitarán la casa.—desvió la mirada y bebió de su café, pude notar que había roto en lágrimas. Vaya que para desahogarse así, debía haberse aguantado mucho tiempo.
—Eso es duro... ¿Qué piensa hacer al respecto?—no supe que más decir.
—Nada, morirme antes de que todo pase.—bajó la mirada y subió la manga de su suéter dejando ver lo que la ansiedad y depresión puede lograr en su pálida piel.
Una lucha silenciosa.
—Mason...—pensé cuidadosamente mis palabras—No lo hagas, tu puedes salir adelante.
—No tengo dinero, lo único que me queda son $20 dólares, y mis cosas. ¿Trabajar? Siempre me despiden, por no ser bueno en las relaciones sociales, soy un fracasado patético.
—Yo... No se que decirle.
—Solo... Quería desahogar todo esto, no necesita decirme nada.—suspiró con pesadez—Tenía que contárselo a alguien antes de morir.
—Hey, no digas eso, yo se que puedes seguir adelante.—comencé a entrar en pánico, pero traté de ocultarlo—Mañana ven de nuevo, te estaré esperando.
—No desperdicie su tiempo en mi, solo quería-
—No, no lo hago, al contrario.—lo interrumpí, mirando su taza de café, estaba vacía ya.
—Perdone que lo haya molestado. Yo... Debo irme.—parecía ponerse más nervioso con cada palabra mía.
Se dispuso a levantarse e irse pero lo detuve del brazo con suavidad.
—Hey... ¿Quieres más café?
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¡Hola!
Estoy editando este fic solo por diversión, no creo darle un gran cambio más allá de hacerlo decente, porque quienes lo recuerden en su tiempo, lo escribí en un formato horrible, pero es que recién estaba experimentando la escritura y quería aprender de todo un poco.
Ni siquiera creo que un prólogo deba ir escrito así, pero solo es un fanfic, no lo tomen taaaaaaan enserio. Reitero, solo le estoy dando dignidad a un fic que no tenía tan mal argumento.
Espero les guste la nueva versión de este, me ha costado mucho elegir darle una oportunidad.
See ya! :]
—Mely.
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¿Quieres Más Café? [BillDip] (EN EDICIÓN)
Short StoryBill Cipher, un chico de 22 años de edad trabajaba en una cafetería, pero lo hacia por obligación de el mismo, sino no se mantendría. Dipper Pines, un chico de 19 años de edad, va siempre a la cafetería. Después de haber dejado los estudios, no tien...