Este Hombre es mío

¿Y si mejor desapareces?

Me encontraba en el sótano de mi casa, allí estaba ella, atada en una silla.
Note como poco a poco ella se comenzaba a despertar.

-¿Donde estoy? -Pregunto entre dormida
-Bienvenida a mi sótano -Le conteste sonriendo
-¿Que quieres de mi? ¿que quieres?! -Grito Nerviosa.

Yo solo me reí al escuchar su nerviosismo.

-Veras... yo solo quiero a Kakuzu para mi, no quiero que nadie mas lo toque, así que poco a poco tendré que ir eliminando la competencia. -De pronto de mi manga saque un cuchillo afilado -Y en eso es donde entras tu, querida -Dije apuntándola con el cuchillo.

Note como trago saliva al ver como la apunte con el cuchillo, yo solo me dedique a sonreír, esta iba a ser la primera vez que mato a alguien...
Pero mejor juego con ella... solo un poco.

Me acerque y empece a apuñalarla el cuchillo por los muslos, piernas, manos, ante brazos, brazos y pies.
Escuchando sus gemidos de dolor y quejidos, las lagrimas que caían de sus ojos, y los gritos de auxilio, pero nadie la escucharía...

Una semana después...

Los días pasaban volando, cada día la torturaba cuatro horas seguidas, estuvimos así toda una semana... pero supongo que ya es el momento de deshacerme de ella...
Baje las escaleras hacia el sótano, y allí se encontraba ella, atada como siempre, en sus ojos ya no parecían tener vida.
Yo solo me acerque a ella y le susurre a su oído.

-Descansa... ¡para siempre! -Dije apuñalando su corazón...

Para deshacerme de ella fue simple... puse el cadáver dentro de una bolsa negra y le tire queroseno para sacar el olor.
Luego tire la bolsa de basura a la basura.
Sin ella... are que mañana Kakuzu se enamore de mi!.

O tal vez no...