Capítulo 2: La verdad

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Lo siguiente a la puerta era una gran sala llena de trabajadores con sus propios y pequeños despachos, con grandes cantidades de papeleos por consultar y rellenar. Víctor cruzó la sala dando la sensación de que no sabía de que había gente trabajando, me llevó a otra puerta más pequeña pero más bonita.
-Haz los honores, Marco. -me dijo con gentileza y con humor.
-Muchas gracias. -le dije.
Abrí la puerta y me quedé sorprendido, no era como el despacho de cualquier empleado, era mucho más grande, el despacho casi se podría decir que era una sala. Tenía una gran mesa donde estaba un potente ordenador (un Mac), una butaca detrás de la mesa (donde se supone que me sentaré para trabajar) que parecía ser cómoda, dos sillas de terciopelo delante de la mesa y lo que más me gustó fueron las vistas, desde la sala se podía ver toda la ciudad.
-Veo que te está fascinando. -contestó Víctor.
-No me puedo creer que vaya a trabajar en este despacho. -respondí con alegría pero, de repente, me penetró en mi mente, una pregunta sencilla pero fundamental para saber cómo he llegado hasta aquí. Cogí respiración y le pregunté:
-Pero que pasó con el antiguo, señor Víctor?
Aquella sonrisa de oreja a oreja se desvaneció en décimas, pasó la sonrisa de su cara a una cara de preocupación.
-No tengo otra opción que no sea contarte la verdad.-dijo con un suspiro-. Todo empezó hace 6 meses, llegó al cuerpo oficial un empleado con mucho futuro y valiente. Cuando llegó al cuerpo policial se esforzó mucho durante 2 meses, consiguiendo el apoyo y la confianza de sus compañeros. Como veía que estaba en un buen estado, le ascendí y le dimos este mismo despacho.-señaló la butaca y me miró diciendo que ahí, en esa misma butaca, trabajaba el empleado.- Al paso de las semanas, cada vez se volvía más reservado, como si me ocultara algo que debería saber. Un día, salí tarde del trabajo (aproximadamente a las 23:00), salí del edificio, cruzé la esquina y le ví, estaba con un hombre encapuchado hablándole y mientras tanto le daba un sobre. Corrí tras él pero no pude atraparle, cansado por mis esfuerzos, volví a casa. A la mañana siguiente, me encontré la televisión encendida y ví la noticia de un empleado de la comisaría había sido arrestado por dar datos privados de la policía.-hizo una pausa larga y estremecedora-. Después del jaleo, te contraté porque creo que serás fiel a la policía.
Ahora todo encajaba: los gritos y las persecuciones por las calles de la ciudad y las noticias de hace dos semanas pero, no entiendo por qué confía en mí que otra persona. Después de este pensamiento, tuve un dejà vu de mi primera exnovia, estábamos en la cama y comencé a pensar por qué me escogió a mi que otra persona que no fuera yo, le pregunté y me dijo mi novia en ese momento:
-Porque lo más importante no es el físico, es como se trata a la gente y lo que hay en el interior de cada uno.- Semanas más tarde, me dejó pero ella me dio las gracias por cuidarla y que nuestra amistad durará mucho más.
Aún me quedaba otra pregunta un poco "cotilla" pero por respeto no voy a dejar que salga de mi boca. Después de la dura explicación de Víctor, se fue de mi despacho dejándome sólo, cerró la puerta y pronuncié la pregunta:
-Cuál era su puesto en la comisaría? -me fijé en un cajón donde dentro brillaba algo, decidí abrir el cajón y ví una placa con el nombre del puesto del exempleado: DIRECTOR GENERAL DE INVESTIGACIÓN.

El Maletín TraidorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora