Probablemente en ese momento la estaba vendiendo pues todos me miraban y se reían.
Mire el cielo por un largo tiempo, sin darme cuenta que estaba con la boca abierta.
Rayos.
Cerré la boca mire al frente y Moje mis labios.
Camine rápido hacia mi casillero, era mi tercer día de escuela y no había hecho ningún amigo.
Bueno, había una chica llamada Clarisse que se sienta al lado mío.
Bueno, técnicamente me obligaron a sentarme al lado de ella, pues ella se negaba rotundamente.
Cruzamos un par de palabras que fue casi como una conversación.
-¡Hola! Me llamo Darla.
-Callate inmunda.
Igual me emocioné, nunca había hablado tanto con alguna persona.
Llegue a la sala unos... Veinte minutos antes que tocaran el timbre.
Fui a mi puesto de ayer...
Sip, al lado de Clarisse.
Y me encontré con que estaba ocupado.
Rayos.
Puse mi mochila en mis hombros nuevamente y mire al rededor de la sala, estaba completamente vacío ya que los alumnos normalmente llegaban a la hora justa.
Salí de la sala y volví a mi casillero, tal vez podía gastar unos 10 minutos arreglando mis cosas allí.
Abrí este y estaba completamente limpio.
Por que tenía que ser tan ordenada.
Rayos.
Saque la mochila de mis hombros y la dejé en el piso, todos los libros de mi taquilla los retire de allí y limpie las orillas y esquinas con un pañuelo que mi mamá me dejó en la mochila.
Ahora que lo pienso mi casillero llegaba a brillar y yo seguía limpiando.
Abrí mi mochila y busque algo para decorarlo, saque un parche que tenía pegado a la mochila de Imagine Dragons y lo afirme con silicona a la pared de mi casillero.
La silicona iba a consumir el parche pero que más da.
Mire la hora en mi reloj y faltaban diecinueve minutos para entrar a clase.
Rayoooos.
Solte el elástico que afirmaba mi cabello y todo cayó sobre mi espalda, lo cepille con mis dedos y lo volví a afirmar.
Mire nuevamente la hora y faltaban ya diez minutos.
Que pasa rápido el tiempo cuando uno se arregla.
Metí mis libros nuevamente en la taquilla y la cerré, tome el pañuelo y limpie el casillero pero por fuera.
Doble el pañuelo y lo guardé en el bolsillo de mi chaleca.
Me agache hice un nudo en los cordones de mis botas y tome mi mochila para dirigirme a clase.
No hace falta decir que lo hice extremadamente lento para gastar tiempo.
Llegue a la sala y ya habían algunos alumnos sentados en sus puestos iniciales.
Busque nuevamente un puesto vacío para sentarme, estaban casi todos ocupados menos el del fondo, habían dos puestos y uno estaba ocupado, por una mochila súper extra vieja que daba terror y otro puesto vacío, con una mochila, mi mochila, Rosa.