Cuando tenia cinco años iba a una escuela preescolar en el barrio de Paternal en Buenos Aires. Mis padres, que por aquel entonces tenían un buen trabajo, una linda y cómoda casa, y a mi por supuesto eran felices, pero yo no puedo decir lo mismo.
Yo deje de serlo desde aquel año de mi vida, estoy segura. A finales del mes de noviembre del año 1998 (me acuerdo el mes porque era en torno a Navidad, fiesta que nunca mas me intereso a partir de entonces) mi madre y yo íbamos camino a la escuela. Ella era una mujer alta, de pelo rojizo y ojos café claros. << La mujer mas elegante que conocí>> decía mi Padre.
Íbamos ambas tomadas de la mano, yo con mi uniforme verde con bolsillos rojos en la parte delantera y ella con un vestido color blanco con flores negras. Yo con mi mochila rosa y violeta colgada de la espalda y ella con su cartera color crema con cierre dorado. Yo con una sonrisa en la cara, ella igual. Para ser mi madre, ya por aquel entonces con cinco años la consideraba mi mejor amiga.
Caminamos dos cuadras de siete, que eran el total para llegar a la escuela.En la tercer cuadra estaba la zapatería de Don Esteban, un señor mayor con poco o casi nada de pelo blanco sobre su vieja cabeza y una gran barba.
-Mami ya estamos llegamos a lo de "Noel".-Mi madre me sonrió. El apodo Noel se lo había puesto yo la primera vez que lo vi, su parecido con el mítico Papa Noel era sorprendente.
Cruzamos la calle y al inicio de la cuadra vimos como del local de Don Esteban un pequeño perrito de raza Ladrador de quizá pocos meses salia caminando torpemente por la puerta de la zapatería. Mi madre y yo sorprendidas vimos como el perro de a poco fue caminando hasta bajar el cordón de la calle entre dos autos estacionados y desaparecer de nuestra visión. La mire a mi madre, su rostro se veía preocupado. De pronto oímos el ruido de una moto, y vi como ella giro su cuello hacia atrás. Yo también lo hice. En efecto una moto se acercaba velozmente a nuestras espaldas a no mas de cien metros.
-Quedate acá Ani.- Me dijo rápido. Soltó mi mano y corrió hacia la puerta de la zapatería. Giro su cabeza hacia donde habíamos visto al perrito por ultima vez y se metió entre ambos autos, mirando al piso hasta que finalmente se agacho. La moto paso por al lado de ella un instante después. Al levantarse, vi a mi madre sosteniendo al perrito sobre sus brazos. Con una mano me hizo una seña para que me acercara a ella, y yo fui.
Al llegar a la zapatería Don Esteban salio tan sorprendido como mi madre en un comienzo.
-Gracias Angélica, muchísimas gracias.- dijo en voz alta el viejo levantando los brazos como si fuera a abrazar al cielo.
-De nada Don Esteban.- le replico mi madre con su suave voz y le tendió al perro. El lo agarro y lo llevo al pecho para que recibiera un fuerte abrazo. La carita del perro se refrego en su camisa verde oliva a cuadros.
-El perro es suyo?.-dijo mi madre con una sonrisa mientras se acomodaba la cartera en el hombro.
-En realidad es de...- en ese instante llegue a ambos y tire de la camisa de Don Esteban, quien para tener 72 años era bastante alto.- Ey!! Anita!! Como le va a la niña mas hermosa?
-Bien!!.-exclame con euforia a la vez que daba un salto y me abrazaba a su pierna. El se giro hacia mi y se agacho lo máximo que pudo para su edad.
-Te gusta mi acompañante?.- me preguntó mientras le daba una caricia al perrito.
-Si, es muy lindo.
-Ana, preguntale a Don Esteban como se llama el perrito.- me dijo mi madre con dulzura.
-Como se llama su perrito Don Noel?.- el viejo zapatero sonrió y me dijo.
-Se llama Mopi y me lo trajo mi hija para que lo cuide.
-Lo puedo tocar?- pregunte al instante.
Don Esteban coloco al perrito en el suelo y este rápidamente comenzó a olfatear mis zapatillas blancas. Yo me arrodille y lo abrace. Moría de ganas.
-Su hija lo compro?- mi madre siguió hablando a Don Esteban mientras yo jugaba en el piso con Mopi.
-Lo adopto en realidad, una amiga suya tiene una perra de raza ladrador y tuvo 4 perritos. Mi hija al verlos se puso como loca, ella ama mucho a estos animales, sabe? Y quiso llevarse uno a casa.
-Y donde esta su hija ahora?.- pregunto mi madre mientras me vei jugar y sonreía.
-En el trabajo, no lo podía dejar solo en el departamento. Así que me lo trajo bien temprano a la zapatería en una caja enorme, con un par de mantas. Estaba ahí hasta recién cuando parece que volteo la caja y salio.- Explico Noel, mientras usaba sus típicos movimientos de manos que acompañaban cada una de sus palabras.
-Uh tenga cuidado Don Esteban. Por que no prueba mejor cerrando la puerta de local por si las dudas vio. La calle es un peligro para una criaturita tan chiquita.
-Tenes razón Angélica, si si es lo que voy a hacer ahora, pero te doy gracias una vez mas por agarrarlo.
-Despreocupese.- y volvió a sonreír.
Mi madre siempre vio en Don Esteban reflejada la figura de un padre. En realidad mi abuelo Raul, su verdadero padre, no había muerto. Pero mi madre no me contó de el hasta que cumplí los ocho años.
-Y Anita? Usted a donde se dirige niña?
-Voy con mama al jardín.- Mopi estaba a mi lado mientras acariciaba su cabeza.
-Y no es tarde ya?.- le devolvió la mirada a mi madre rápidamente.
-No para nada, es mas llegamos con mucho tiempo de sobra, pero es por que la maestra de Ani quería hablar con migo antes de que ella empezará las clases.
-Paso algo?
-No no nada grave creo, me dijo que quería comentarme una cosa.- volvió a ajustar su cartera al hombro. Era un movimiento que solía hacer mucho, yo la imitan a veces con mi mochila rosa y ella reía.
-A bueno, entonces vayan. Cuando vuelvas a la tarde Anita, si queres podes venir a jugar con Mopi otra vez. Que te parece?
-Bien!.- y me revolvió el pelo con una sonrisa camuflada por su barba. Mi madre se agacho para recoger a Mopi, quien ya le fascinaban mis caricias, y se lo entrego a Noel.
Nos despedimos todos, y mi madre y yo seguimos el camino.
Mi escuela era un lugar que para niños de mi edad es hipnotizante a primera vista. Eran dos edificios, ambos tenían planta baja y primer piso. El edificio uno era para niños de 3 y 4 años. El segundo, era a donde íbamos los de Preescolar. Era un poco mas grande que el primero y se caracterizaba por tener una gran puerta metálica verde oscuro, donde allí detrás había una sala enorme en la cual hacíamos la "formación de menor a mayor" ( a mi me tocaba siempre al medio) y cantábamos el Himno en presencia de la bandera nacional.
Los salones eran tres en el segundo edificio, mientras que en el primero al no tener este salón de formación daba espacio para un cuarto salón.
Cada salón tenia su nombre: La salita Verde, La salita Roja y La Salita Azul. La mía era la roja. En el primer edificio al haber dos salas por cada grupo de chicos ( los de 3 y los de 4 años) la salita roja no existía. En su tiempo entonces, pertenecía a la color verde. Jamas me gusto ese color.
Paradojicamente a pesar de estar en la Salita Roja, mi maestra se llamaba Azul. Era una mujer joven, mucho mas joven que mi madre. Su piel era blanca y tenia un ojos muy bonitos que acompañaban a una larga y delicada cabellera rubia. Parecía una princesa. Una vez burlándose de mi madre, mi padre le dijo susurrando al oído en un acto escolar:
-La señorita azul parece una muñeca Barbie.- dijo mientras observaba a las banderas dar comienzo al acto del 25 de mayo en la escuela.
-Callate tonto.- le había dicho a mi padre con un golpecito en el hombro. Luego ambos no pudieron aguantar una pequeña risa simultánea.
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HOLA ANA
ParanormalAna es una niña que se vera inmersa en situaciones difíciles de comprender. Que la arrastraran lentamente hasta un final trágico en el futuro. A medida que pasen los años y sin saber siquiera como lidiar con estos problemas tratara de sortear su sue...