Los dias siguientes fueron algo monotonos, incluso podia decirse que eran algo aburridos; habia pasado los fines de semana ayudando a Tina en el asilo, aunque fuese algo divertido estar rodeada de ancianas parlanchinas, a los pocos minutos me volvia a aburrir.
Y los dias de semana me dedicaba a despejar las miradas recelosas de Cris cada vez que Taylor llamaba mi atención, en los recesos no hacia mas nada que ignorar las miradas cargadas de odio por parte de Sharpay. Nada sencillo. En las tardes hacia cualquier cosa, desde caminar por los alrededores viendo que encontraba por ahi, hasta darle de comer al gato de la SR. Cordero... era tan lindo, pero me arañaba luego de darle de comer (gato malagradecido).
Como caulquier sabado venia despues de una largo día de arduo trabajo; una se las señoras del asilo había sufrido una recaída y tuvimos que llevarla al hospital, aun asi gracias a Dios esta mejor. Al llegar a mi habitación lancé los zapatos a algún rincón de mi habitación y saque mi celular de mis bolsillos... luego me bañaria ahora solo queria descansar tranquilamente en mi cama de adredones de ¿my little pony? Si era fan de ese dibujo animado para niñas de seis a doce años.
Pero cuando por fin pude cerrar mis pasados parpados un objeto golpeó en mi ventana; nisiquiera tenia que buscar algo con que defenderme pues sabia perfectamente quien era.
Y definitivamente era el con su linda sonrisa de chico dulce y su pelo revuelto confundiéndose con la espesa negrura de la noche. Insconcientemente le sonreir y le hice señas para que esperara. Corrí rápidamente a buscar debajo de mi cama el objeto... una soga para que este "romeo" pudiera subir a su torre. Al llegar se sujetó de mis hombros mientras se tambaleaba de un lado a otro. Ambos nos saludamos con una seña y nos sentamos en los alrededores de un librero color blanco en donde reposaban muchos libros y algunas figurillas de cerámica, el volteó su vista hacia donde mi mientras me removia incomoda en el suelo.
-Hace muchos dias que no salimos, crees que Tina de deje salir.-Dijo algo nervioso.
-Tal vez, si se trata de ti dudo mucho que niegue.
-Cris sonrió nervioso.-Espero.
-Pero si quieres podemos preguntarle.-Dije mientras salia corriendo de la habitación.
Al llegar a la cocina encontre a Tina revolviendo unas chuletas en una salten, aspire todo el delicioso olor que mis pulmones pudieron y me adentre a la cocina. Al llegar a su encuentro esta me hizo señas parar que me quedara donde estuviese. Llevaba puestas ¿gafas de sol?
-A diez pasos Gabs, primero tu eres un iman de mala suerte.-bufé. -Dos las chuletas estas salpicando. No quiero comprar pomadas ni verte quemada.
-Tina...
-Dime mama o madre, Gabs. Sabes que no me gusta que me trates como una conocida.
Asenti.-Madre, puedo salir con Cristopher a donde sea que me vaya a llevar.
-Nada de llegar tarde, y no vayan a lugares en donde hay bebidas alcohólicas ni drogas y menos...
-Si, si... otras cosas sucias.-Sonrió.
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Peinaba mi largo pelo castaño algo húmedo, algunas gotas se deslizaban por mis hombros. Me habia puesto un vestido rosa claro con detalles en encaje en la espalda, unas zapatillas negras y un pequeño bolso. Seque mi pelo y este calló en bucles. Baje las escaleras a paso lento mientras mis zapatillas resonaban por todas las escaleras, no eran de tacón pero eran algo ruidosas en el silencio pertubador que se dislumbraba en la casa... ¿Que demonios estaria pasando? Mi casa era todo menos silenciosa.
Al llegar al salón mi madre hablaba en secreto con Cristopher, se estaban aclarando cosas pero al parecer muy intimas pues no se escuchaba nada que no fueran pequeños susurros y mi respiración mezclada con pequeños toques de mi corazón. Ambos al verme pararon la conversacion y me miraron detenidamente. Tina bajo la mirada a sus blanquecinas manos y trago un nudo en su garganta, Cristopher solo se limitó a mirarme como si fuese lo más interesante del lugar. Me estaba devorando con su mirada e instintivamente baje mi mirada algo avergonzada. Nadie decia nada y eso era algo incómodo.
Menos mal que a los pocos minutos llegó papá de sus trabajo, sino seguiría mirando mis zapatillas con lazos. Este al ver la situación hizo una cara de extrañeza y prosiguió:
-¿Interrumpo?-Dijo haciendo ademanes. Todos alzamos más nuestras miradas.
-No amor... ya Gabriela se iba, ¿No Gabs?-Asenti.
Papá entró a la cocina y Cristopher y yo nos encaminamos a la salida. Antes de irnos Tina me pasó unas llaves y agregó:
-No lleguen tarde.
-No señora González, estares aqui antes de las once.-Aclaro Cristopher.
-¡Gozen mucho y gasten poco!!-Vocifero Tina cuando estabamos a dos casas de la mia, olvidando que los vecinos podían estar durmiendo.
Sonreímos, esta iba a ser una noche inolvidable...
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Typical Teenager
Teen FictionUna chica de 15 años tiene muchos problemas en si y cuantos mas se podrian agregar si tuviera que adaptarse a una nueva vida. Este es el caso de Gabriela Gonzalez, una joven que con ayuda de sus amigos tratara de verle el mejor lado a esta etapa.