Periodista

41 3 0
                                    

Siempre me ha gustado ser periodista, lo llevo en mis venas, desde que era una pequeña niña mis jugetes preferidos eran un micrófono y una càmara de jueguete, en Navidad yo nunca pedía barbies ni maquillaje, yo solo quería una càmara con la cual pudiese grabarlo todo.

Hace dos años acabé la universidad con un promedio de 8:80 en comunicaciones, me sentí una mujer realizada y màs que todo felíz por lo que había logrado.

Actualmente trabajo en un pàgina de noticias por internet en donde ademàs de informar, me dedico a la fotografía y escritura, puedo presumir que ya tengo 1000 visitas con 3000 suscritos y poco a poco estoy cumpliendo mi gran sueño, el periodismo.

Ademàs de eso, al cabo de culminar mi carrera, me mudé a la capital de mi ciudad, tal véz para relajarme y sentirme independiente o alejarme de mis padres, no son malos en absoluto, ellos me han apoyado en todo lo que he hecho y estoy sumamente agradecida pero necesitaba mi espacio y dejar atràs todas las reglas que ellos mantenían.

Muy aparte de todo esto, también trabajo medio tiempo en un restaurante de comida ràpida, en Mac Donals, desde 9 de la mañana hasta 5 de la tarde los días Lunes Miércoles y Viernes, no me quejo, es màs, amo mi estilo de vida y no lo cambiaría por nada del mundo, es perfecta.

No tengo novio y por ahora estoy bien, ya son 5 años desde que terminé con mi única pareja, habíamos estado saliendo desde la secundaria, fueron muchos años pero de un día a otro ya no era lo mismo, él se comportó de una manera diferente y por eso él terminó con migo. No se dónde està el ahora y aún no me recupero del todo y a veces me encierro en el baño, me acuesto en la tina mientras escucho música clàsica y como una lata entera de helado de chocolate recordando los viejos tiempos, odio decir que también lloro aunque trato de ser fuerte, ya son 5 años y aún me comporto cuando recién rompimos.

Aquí en la ciudad no tengo muchos amigos a excepción de Sara y Peter, son como mis hermanos, los conocí en una fiesta donde se celebraba los 407 años de fundación de la ciudad, fue gracioso ya que fue una situación incómoda y bastante humillante donde un chicle pegado en mi cabello hizo que nos juntàramos.

Flashback

Ahí estaba yo, alegre de ver los colores y bailes de la gran fiesta ciudadeña, todo era perfecto pero de improviso sentí como un pequeño golpesito en mi cabeza, pensé que me había caído caca de paloma pero en vez de eso me cayó un chicle justo en medio de la cabeza, lo malo esque aún estaba fresco y al tocarlo se esparció completamente por todo mi cabello que ademàs de tenerlo hasta los hombros al cortàrmelo me quedaría como P!nk aunque no suena para nada mal la idea y sería un nuevo cambio.

Trato de ir lo màs ràpido a casa porque mi cabello estaba horrible y no queria que ningún chico me viera así, parecía estúpida caminando como loca puestas las dos manos en la cabeza para esconder el asqueroso chicle que abundaba por todas partes.

Por fin había llegado al apartamento, busco con mi mano derecha las llaves pero no las encontré al primer, segundo y tercer intento, pero al cuarto con las dos manos y escondiendome un poco las encuentro muy escondidas en la mochila que cargaba.

Entro lo màs ràpido que puedo y subí por el ascensor al quinto piso, lo bueno esque ya estaba sola aquí y solo bastaría con algo de agua para sacàrmelo o aplicar calor en la zona afectada pero antes me bañaría, que asco al que se le ocurrío lanzar esta cosa tan desagradable, ¿que no tiene modales?

Algo detuvo el ascensor en el piso tres. Al abrirse la metàlica y robusta puerta una chica de mi edad con cabello rojo fosforescente que admitía que le quedaba de lo mejor, entra sonriéndome levemente , vestía ropa negra y tenía un piercing en su naríz al lado derecho, al verla entrar mis manos reaccionan y se colocan encima de mi cabeza para ocultar aquella desagradable imagen.

-Sé cómo quitar eso, ¿quieres que te ayude?-
Me mira de re ojo y coloca sus manos en su cahqueta negra.

-Estoy bien-
Contesto fría y sin darle importancia.

-¿Estàs segura?-
Me mira fijamente y alza su ceja.

-En absoluto-
Contesto aún màs enojada, no quería ayuda de nadie y mucho menos de una extraña.
El ascensor se abre y salgo de ahí, acto seguido ella hace lo mismo.

Yo caminaba màs ràpido, ella iba detràs de mí y sus botas emitían un peculiar sonido que hacían que me estresara màs de la cuenta.

Tras varios minutos siguiendome, ella se detiene y me grita.

-Oye,la coca cola ayudarà-
Me giro a donde ella, ésta se encontraba abriendo su habitación.

-Descansa-
Cierra con un golpenla puerta, yo me quedé en esa posición por unos segundos màs hasta que decidí continuar con camino.

[....]

Nada de lo que había planeando estaba funcionando y me enfurecía màs con mi estúpido cabello que parecía nido de pàjaros como el cantante de The Weekend.
Ya no sabía que hacer, hasta en mis manos traía las tijeras y deshacerme de esta porquería, me veía como una loca pero si lo hacía, me quedaría màs pelona y con un gran hueco en medio de mi cabeza y tendría que usar un maldito peluquín como el maestro de Matemàtica, el profesor Johanson en la preparatoria, él creía que nadie se daba cuenta pero todos nos aguantàbamos la risa, eso parecía estropajo viejo o màs bien perro muerto sobre su calva cabellera, ademàs de eso los colores eran variados, su peluca era café claro y lo demàs negro oscuro.

Ya se acercaba la media noche y no podía ir así al trabajo, en ese momento empezé a recordar todo lo de esta mañana hasta que recorde las palabras de la chica que se ofreció en ayudarme.
"La coca cola ayudarà"



Historias CortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora