Siempre me sentí diferente. No de mala manera, aunque, no sé, sólo tengo catorce años.
Cuando era niña fui a la casa de un amigo de la primaria donde éste festejaba su cumpleaños número nueve. Para ese momento yo tenía ocho años.
Recuerdo a la gente adulta tomar alcohol de sus copas, riendo y corriendo detrás de sus niños, que no paraban de gritar y reír. Sus cabellos negros y rubios rebotaban en sus cabezas, sus sonrisas eran enormes y en sus ojos se veía la verdadera felicidad.
Lo recuerdo de una forma tan clara, que incluso podría jurar que fue hace sólo dos segundos.
Estábamos encerrados en la habitación Liam, Matt, Emily y yo. No sabíamos qué hacer, éramos los únicos que no queríamos correr ni jugar a nada de lo que los demás.-¡La botella! ¡Juguemos a la botella!-Propuso Liam.
Pero yo nunca había jugado a eso. No tenía ni idea de qué iba.
-Claro-dijo Emily-, será divertido.
-¿De qué va esto?-Preguntó Matt.
-No estoy muy seguro de cómo son las reglas oficiales-Anunció Liam-, pero inventaremos unas. Quizás sean las verdaderas y nosotros no tengamos idea; no lo sé.
Liam fue corriendo hacia una esquina de la habitación donde, para mi sorpresa, había una botella.
-La giramos-Comenzó a explicar- y al que le quede el pico le toca. Luego la volvemos a girar y esas dos personas a las que le tocó tienen que besarse.
Mi expresión de sorpresa fue totalmente exagerada, pero real. ¿Besarse? ¿Cómo es que hay que besarse?
No podía demostrar que me incomodaba, ¿qué iban a pensar de mi? ¡Eran mis amigos! Sólo era un beso, ¿que tan difícil podía ser?Y giró la botella.
Liam.
Volvió a girarla.
Matt.
El silencio reinó en la habitación. No era exactamente un silencio incómodo, pero sí resultó tenso.
Matt no apartaba los ojos de la botella y Liam lo miraba a él. Yo pasaba la vista de uno a otro.-¿Eso cuenta?-Preguntó Emily.
-Claro-dijo Liam-. ¿Por qué no?
La inocencia de su pregunta actualmente me llena los ojos de lágrimas.
-No sé, nunca vi a dos niños besarse-comentó.
-Eso no importa-dijo Liam.
-Bien, háganlo- hablé yo.
Liam se acercó a Matt y lo besó.
Algo hizo que yo sonriera; quizás fue esa sensación extraña en el estómago al verlos.Yo quería hacer lo mismo que ellos.
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Nadie Se Salva De Si Misme
Jugendliteratur¿Qué pasa cuando te sientes distinta a los demás? No poder ser quién eres con la gente que amas. Sentirte falsa. ¿Qué pasa si no cumples para nada con las normas que la sociedad te impone? ¿Qué pasa cuando, en lugar de que un príncipe rescate a la p...