Hoy sería el día en el que me acostaría con Sean.
Me vestí muy provocativamente, una mini falda, un top y tacones.
Al pasar por su dormitorio casi se le salen los ojos al verme. Pues claro, ya que tengo un buen cuerpo.
Se acercó a mí y me dijo.
-Te quiero en mi cama ahora- sonreí para mis adentros, este no se anda con rodeos.
Me lancé a los labios de Sean y nos empezamos a besar con pasión y lujuria.
Abrió la puerta mientras nos seguíamos besando.
Cuando por fin logramos entrar cerró la puerta con seguro.
Nos tiramos a la cama, mientras nos empezamos a quitar la ropa.
Una vez desnudos, toqué sus abdominales mientras él apretaba mi trasero.
Sus besos pasaron de mi boca a mi cuello e iban bajando lentamente. Besándome el valle de los pechos, mi abdomen. Hasta que llegó a mi feminidad , pasó su lengua por mi clítoris mientras me retorcía de placer.
Empecé a acariciar su pene, moviendo mi mano de arriba a abajo.
Me metí su pene en mi boca y empecé a hacerle una mamada.
Él sólo gemía de placer, lo que hacía que me excitara más.Saqué su pene de mi boca. Agarré un condón de su cajón y se lo puse.
Me recosté en la cama y abrí mis piernas. Introdujo lentamente su pene. Gemí.
-Estás tan apretada- me dijo, lo que hizo que gimiera.
Su ritmo iba aumentando lo que hacía que me retorciera de placer.
-Más rápido- le decía mientras gemía.
-Aaah- gemía de placer.
-Estoy a punto de venirme- dijo.
Grité fuertemente al llegar al orgasmo.
-Me excita que grites por mí.
Al rato él llegó a su orgasmo, terminando así una sesión de buen sexo que obviamente se repetiría.
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Relatos Eróticos
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