En definitiva, si algo he aprendido con el paso de los años es que este tipo de cosas solo me pueden pasar a mí, no hay duda. No es por ser egocéntrico ni nada pero a veces tengo la sensación de que el universo conspira contra mí. Lo peor de todo es que no puedo recordar con exactitud cuándo comenzó esta "superracha" de mala suerte. Eso sí, aún recuerdo (como si hubiera sucedido ayer) el momento donde me di cuenta de que había tocado fondo.
Era un bonito y caluroso (he de hacer hincapié en esto último) verano, por aquel entonces continuaba cursando mis estudios universitarios felizmente sin plantearme siquiera si aquello era lo mejor para mí. Había estado ahorrando mucho, en comidas, salidas con los amigos, libros e incluso había dejado de comprar aquel papel higiénico rosa y suave que tanto bien le hacía a mi... En fin, ya me entiendes.
Hm, debería volver a comprar otra vez esa maravilla tecnológica.
Toda esta "política de recortes" (al más puro estilo español) se debía al sueño de todo niño que se precie... o no, en realidad no tengo ni idea y tampoco es que me importen tus gustos. Lo que quería era mi propio coche, un vehículo, un buen carro. Ya sabes, como en esas pelis americanas en las que todo aquel que tiene coche fornica cual macaco en celo. Y yo, como cualquier otro ingenuo adolescente en periodo de prueba para la adultez, de verdad esperaba tener esa suerte.
Pero como esto es la vida real y no una peli al final no pude reunir el dinero suficiente y mis padres temiendo que en lo siguiente que metiera la tijera fuera en mi salud, decidieron contribuir a la causa. ¡Al fin lo había logrado! Segunda mano, precio tirado, algún que otro arreglo (nada importante) y sobre todo una barbaridad de kilómetros. Pero eh, a partir de ese momento iba a ser mi coche. Pese a toda la emoción inicial lo que creía que iba a ser al más puro estilo de grease acabó por ser una completa desilusión. ¡No solo no forniqué cual simio, sino que encima mis compañeros de piso me tenían de chofer privado para la universidad!
No obstante, tener coche propio era algo que molaba, tanto por la posibilidad de desplazarte a tu gusto en ciudad (soy como el del anuncio qué le voy a hacer) como por el hecho de que este se convertía automáticamente en un picadero móvil. Y por supuesto, no puedo olvidar otra característica que por aquel entonces era muy importante para mí: ¡un reproductor de casetes! Y créeme cuando te digo que no hay nada mejor que escuchar tu música favorita mientras conduces, es algo que hay que experimentar. Hacía poco que había recibido un nuevo casete de mi primo desde América (todo lo que conocía era gracias a él y a su gran gusto musical) y ya estaba deseando probarlo en el coche.
Así que por todo esto que te acabo de soltar y sobre todo para estrenar mi nuevo-pero-usado Peugeot 406 decidí hacer un viaje por carretera. Buscaba algo sencillo sin llegar a lo mediocre, algo que pudiera recordar con el paso de los años. ¡Algo único! Y joder si lo recordaría.
Mi problema era sencillo, acababa de gastar todos mis ahorros en el medio de transporte y si no tenía ni para pipas ya te puedes imaginar lo que me quedaba para gasolina. Era la ironía por definición, tenía el coche sí ¡pero no tenía forma alguna de moverlo! La grandiosa solución vino por parte de mi madre, amiga de todas las madres circundantes a mi barrio habidas y por haber, me sugirió compartir el coche con los hijos de algunas vecinas. Y aunque al principio me pareció una mala idea tras pensarlo detenidamente acepté, ellos me pagarían la gasolina y yo a cambió les llevaría de excursión (¡si es que las mejores ideas vienen de las madres!).
Y si te estas preguntando el porqué no hice el viaje con mis amigos, la respuesta es muy simple: no tenía amigos. Pero no me hacían falta, total para parásitos ya estaban mis compañeros de piso.
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DISTORSION
RandomARCHIVE_00: A veces me pregunto si de verdad somos capaces de elegir. Si no es el momento, el carácter de la situación, su contexto lo que nos guía por caminos predefinidos que provocan una falsa sensación de libertad. Sí, esa sensación de estar cam...