Capitulo 1

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Una tarde de invierno de 19 de abril de 1990 nació un niño en Argentina (Rosario) llamado Max De Ricota, ese niño era yo. Un niño con mucho amor por mis padres, en ese momento era muy feliz, porque recibía mucho amor y cariño. Era muy pegado a mi madre, la mejor madre del mundo.

20 de enero de 2015

Yo tenía 25 años, ese día fue el peor de mis días; la muerte abrazó mi familia ya que mi madre murió de un infarto. Ella ya estaba mal de salud y en cualquier momento podía morir, mi padre siempre me echó la culpa de su muerte, porque yo estaba ahí y no llamé a tiempo a la ambulancia, no llamé porque entre en shock. Siempre supe que la vida de mi madre fue una profunda depresión. Un día la escuche llorar, me acerqué a ella y me dijo que no le pasaba nada, pero era todo mentira, era porque mi padre no llegaba a casa a la hora correcta, un día me cansé de escuchar a mi madre llorar y seguí a mi padre, fue ese día que supe que mi padre engañaba a mi madre con otra mujer. Esto fue una gran decepción para mí, pensé que era un matrimonio perfecto, pero siempre fue una farsa. Mi madre nunca dejó a mi padre porque lo amaba y mi padre nunca dejó a mi madre por su riqueza. Cuando mi madre murió, mi padre me odio siempre, porque decía que por culpa mía, de contarle y mostrarle las fotos de él con otra persona a ella le había agarrado un infarto. Por mucho tiempo permanecí sin decirle nada, pero seguía viviendo en la misma casa.

Días después paso el entierro de mi madre, el peor día de mi vida, sentí que lo único que tenía ya no estaba, desde ese entonces odie a mi padre por hacer la vida de mi madre cada ves mas depresiva, ella casi ni salía de su cama, se la pasaba llorando porque el amor de mi padre ya no le correspondía.

27 de julio de 2015

Llegaron unas persona a casa, era dos hombres de 19 y 20 años. Cuando llegaron no sabía quiénes eran y pedían hablar con mi padre; cuando ellos entraron a hablar con mi padre, yo escuchaba por la puerta, me enteré de que eran mis hermanastros, fruto de la relación prohibida de mi padre y aquella "mujer". Mi padre sorprendido, no tuvo otra que aceptarlos, dejó que se quedaran en casa, yo no sabía qué hacer, es como que dos personas extrañas vivan con vos de la nada.

Pasaron tres años desde que mamá había muerto, mi padre estaba mal de salud y solo apenas cruzábamos pocas palabras, mi padre nos llamó a la mesa para contarnos de que había escrito el testamento, yo curioso pensado que algún día toda la herencia sería para mí solo ya que eso mi madre es lo que quería, pero aparecieron mis dos hermanastros para meterse en la herencia de mi querida madre, mi madre siempre me decía que yo iba a ser su único hijo, y su único heredero, pero no fue así. Mi padre nos reunió para decirnos que al siguiente día vendría un escribano para leernos el testamento.

28 de agosto 2018 a las 7 am

Llegó el escribano,yo ansioso y pensando que aún mi padre me quería, cuando llegó la hora de leerlo, el escribano dijo: la herencia del señor Horacio de Ricota pertenecientes a su difunta esposa, las propiedades, la empresa y la riqueza quedan para los señores Hernán Gómez y Enrique Gómez. Sorprendido y anonadado de que mi padre de toda la herencia de mi madre para dos hijos de otra mujer, dos desconocidos, dos personas que solo venían a aprovecharse, mi padre no tuvo ni un poco de piedad conmigo. Esas personas que llegaron a casa solamente por la herencia y encima se reían a mis espaldas, lo único que tenia es la suerte de seguir viviendo en la casa que mis abuelos le construyeron a mi madre.

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