Capítulo 2: Paranoia

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Tengo miedo.

Parece una tontería, me cuesta creer que todo esto sea real más que una broma muy pesada. Después del poco sueño que pude conciliar, me levanté con la poca fuerza que tenía, casi me quedo dormida cuando fui al baño. Me puse mi uniforme del colegio, colgado en mi puerta, bastante limpio para haberse usado por varios días seguidos. Miro la hora en mi celular, son las 6:30; muy tarde para mí.

Recojo mi bolso que estaba en el suelo, me dirijo a mi puerta, lanzando una mirada breve a la computadora en mi escritorio, repasando un poco lo que ocurrió ayer. Lo primero que se me ocurrió hacer al salir de mi cuarto fue ir al de mi madre, no había olvidado aquella frase "no te quejes mañana". Entré lo más silenciosamente a su cuarto, bien podría estar durmiendo.

Mi madre roncando estruendosamente me dio cierta sensación de alivio, no estaba despierta aún pues su hora de trabajar era alrededor de las 8:30. Salí corriendo como pude de la casa para no llegar tarde a la escuela sin siquiera tomar una rodaja de pan para desayunar.

...

Corrí con toda mi fuerza los primeros metros pero caminé el resto del trayecto. En la calle cruzando un grupo de pequeños locales, más o menos cerca de mi escuela, comencé a tener una extraña sensación, como si alguien me hubiera seguido. Entre la gran multitud que se formaba en la cuadra en la hora - En parte la razón por la que acostumbraba despertarme más temprano - comencé a detallar con la mirada cada persona, en busca de alguien que me estuviera mirando. No encontré nada.

Alcancé la puerta de la escuela antes de que la cerraran y seguí a mi grupo hasta mi salón asignado, tal parecía que nadie se dio cuenta de mi ausencia. La clase comenzó, la profesora nos asignó analizar el texto del libro que nos pidió la clase anterior. En un momento tome la oportunidad de hablar con mi profesora.

- Melissa, no? Necesitas algo? - Me dijo la profesora al verme cerca, noté aburrimiento en su tono de voz.

Me tomé cierto tiempo para sacar las palabra de mi boca - Si... Disculpe, conoce a una tal Linda, de este grupo? - La profesora desvía su mirada a una carpeta que reposaba en su escritorio - Déjame ver... - Dijo mientras buscaba la lista de estudiantes porque aún no había aprendido el nombre de cada uno. Pasa el dedo un momento leyendo los nombres uno a uno, hasta que contesta.

- Ah, aquí está. Es la chica pelirroja, parece que no vino hoy, por qué? - Tal vez debí contarle la historia verdadera, pero tuve una sensación entre vergüenza y curiosidad, tal vez no me creería, pensé primero. - No es nada, es mi vecina y no la vi ayer. - Solté; una excusa muy tonta y poco creíble, pero parecía que la profesora prefirió no tomarse mayor molestia conmigo y siguió con lo suyo.

Es hora del receso, ese pequeño espacio de 20 o 30 minutos para desayunar, yo no me percaté de que no había traído dinero así que sólo me senté en un pequeño banco no muy lejos de mi salón. Tomé ese tiempo para reflexionar y analizar la situación un poco. Comencé creyendo que tal vez estaba exagerando mucho las cosas, después de todo era sólo un mensaje. Luego recordé al chico que vi ayer, Matt, en el momento que lo relacioné con el usuario "M477". "Como no me di cuenta?" Me repetí a mí misma.

Al buscar un poco, sospeché de la ausencia de Matt y Linda. Sí me había parecido bastante extraño el comportamiento del chico, Linda por su parte - Si en efecto la chica era la pelirroja - No había dicho una palabra en todo el día. Luego analicé la frase "Extrañarías a tu madre?" y "Tampoco la ves muy seguido". Si era como lo sospechaba, esa persona sabía de la tóxica relación con mi madre, como si supiera que no nos llevamos desde hace mucho. Quién era esa persona? Tendrá que ver con Matt?

...

Habiendo llegado al fin a casa, con el cansancio de siempre, abro la puerta lentamente. Apenas entrar a la casa, lo primero que se me ocurrió fue buscar a mamá - Ya llegué! Mamá! - Grité con fuerza, esperando sentir ese mismo alivio que sentí al encontrarla por la mañana. Me quedé parada en la entrada de la puerta, esperando una respuesta. Miro la hora, 7:23, mucho más tarde que la que era al yo llegar ayer. Se suponía que me gritara o regañara por llegar tarde, pero no hubo un ruido.

La única luz encendida era la de la cocina, encendí todas las que pude y revisé en cada cuarto buscando a mamá. No estaba en la cocina ni en la sala. Subí las escaleras, tampoco estaba en su cuarto ni en el baño. Comenzando a desesperarme, busqué con más intensidad, en mi cuarto, en el garaje, el ático, no estaba en ningún lado. Pasé horas buscándola, en vano.

Mi respiración se descontrola, me encierro en mi cuarto. Trató de no relacionarlo con el asunto de M477, pero no puedo, tiene que estar relacionado con esas amenazas que recibí ayer. Cerré mi puerta con llave sintiendo que me estaba volviendo loca. Tal vez era sólo una coincidencia, mamá habrá salido y no me habrá avisado, dije. Qué posibilidad hay de que alguien secuestre a mi madre?

El mínimo ruido me exaltaba, el golpe de una rama en la ventana, la madera rechinando. Entonces me puse mis audífonos para relajarme y aislarme un rato. Me acosté en mi cama luego de apagar las luces y cerré los ojos como si fuera a dormir. Sentí como si hubiera pasado horas durmiendo, cuando escucho un ruido destacable entre la música que tenía puesta. Me levanté y encendí la luz. Me paré en frente de la puerta mientras mis ojos se adaptaban a la intensidad de esta.

La puerta estaba abierta.

Me froté los ojos para asegurarme, estaba más que segura de que la había cerrado con seguro. Sentí un miedo indescriptible, tenía tantas sospechas que hacían que brotaran los peores pensamientos.

No pasó mucho cuando tuve una sensación en mi espalda, un objeto agudo hacía presión en mi espalda baja. No dudé en pensar lo que era, o mejor dicho, para que era. Lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos mientras el objeto iba acercándose más y más.

Iba reuniendo fuerzas para gritar pero una mano cubrió mi boca con fuerza tal, que sentía que mis dientes se iban a romper.

Muy cerca de mi oído escuché un susurro extremadamente seco y ronco.

- Tu vienes conmigo.

Jonny HackermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora