Me desperté por el sonido de unos golpes raros
Me senté en la cama, paralizado, corazón latiendo rapidamente, pero durante unos minutos, además de un perro ladrando y un auto pasando, no escuché nada más Dudé si había sido un mal sueño Nadie podía buscarme de esa manera.
Hubiera podido acercarme a la puerta y aclarar la situación, pero estaba preso del miedo. Jamás sentí temor por la oscuridad, pero esa noche era diferente.
Me quise convencer de que los golpes habían sido producto de mi imaginación, el recuerdo de una de mis pesadillas me parava los pelos de punta. Pero apenas recosté mi cabeza sobre mi almohada, comenzaron a tocar de nuevo, más fuerte.
Temblando, saqué fuerzas para ir a ver.
¿Quién es? pregunté a los gritos.
Una voz, exactamente igual a la mía, contestó:
Soy yo.