Sentado en su colosal trono,
Aburrido de su rutina
Su mente viajó de mundo a mundo,
Se paró de golpe
Y se dirigió a donde la adivina.Como un dios
Irrumpió en su morada,
Ella lo divisó
Pero ni se inmutó.Como buena en su profesión
Ella lo ignoró
Hasta que indignado el dios,
A ella saludó.
El dios cayó al suelo, inconciente,
Y un sueño lo rodeó.Unos ojos celestes lo observaban,
Perfectos.
Su tez blanquecina,
Una cálida sonrisa
Le dio la bienvenida,
Y unas cascadas doradas.
Que a su rostro acariciaban.Él despertó,
Y aún impresionado,
Del suelo se incorporó.Por el sueño abrumado,
A la gran adivina suplicó
Que verla otra vez le dejase
Pero ella se negó.Y esa misma noche,
El gran dios en su estancia,
Tumbado en su gran cama
Con su rostro soñaría.
Y con ella en su mente,
El Dios dormiría.
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In a Vast World: An Earthly Girl
PoetryY él la miró desde lo alto. Desde el cielo. A una terrenal sola. Una. La miró a ella. De todas las demás, Sus ojos la buscaron. Vagaron por miles de rostros hasta encontrar el suyo. Y la observó, a ella. En un vasto mundo, sólo a ella. And he saw...