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Me encontraba junto a la persona que más amaba en el mundo, solo quedaban unos días y disfrutábamos del momento que estábamos pasando. Me guardaba en la memoria todos aquellos gestos, cada parte de su cuerpo, sus lunares e imperfecciones, sus manos y labios suaves y carnosos. Sus ojos me miraban con un brillo de felicidad pero a la vez con algo de tristeza. Me guardaba cada pequeño detalle porque...no lo volvería a ver jamás.

Lo extrañaría, obvio. Había sido la persona más importante en mi mundo, estuvo conmigo en mis peores momento, me ayudó a salir de ese circulo al que llamaban familia.

En fin.

Aún recuerdo el primer día que lo vi, iba empujando a todas las personas que estaban a mi alrededor ya que iba tarde para la universidad, cuando me di cuenta que tiré a alguien al suelo por haberlo empujando tan fuerte, paré de correr y me giré para ayudar a la persona que había tirando, cuando me di vuelta el chico ya estaba de pie sacudiendo sus muslos del polvo que había dejado el suelo en él. Levantó la mirada buscando a la persona que lo había hecho, nervioso me acerqué y le pedí disculpas, lo cual me respondió con una sonrisa, sus ojos se achinaron y un "no te preocupes" salió de sus labios. Fue ahí cuando me fijé en su cara. Cabello negro, ojos marrones que se formaban una línea cuando sonreía, mejillas sonrojadas y más abajo, en su cuello se escondían dos pequeños lunares que me dieron ganas de besar al instante. Mantuvimos una pequeña conversación, después de todo... llegaría tarde ese día. Esa conversación se convirtió en una salida, esa salida en amigos casi inseparables y ese amigos pasó a ser novios.

-¿Jungkook?-. Su voz me alejó de aquellos recuerdos que tanto extrañaba.

-¿Si, cariño?-.Le pregunté dándole un beso en su mejilla haciéndolo sonrojar.

-N-nada, solo te veías distraído.

Estábamos acostados en el césped, estábamos frente a frente sin alejar la mirada uno del otro. Un montón de árboles se encontraban en ese lugar a nuestro alrededor.

Acerqué mi mano a su mejilla y la acaricié, cerró sus ojos y acercó su cara aún más a mi mano acariciándose el mismo.

-Cariño, sabes que nos queda solo hoy ¿cierto?-.Le pregunté.

-Mhm-.Me miró un poco desconcertado al haber tomado ese tema otra vez, realmente no podía dejar de hacerlo y no podía sacar eso de mi cabeza.

Suspiré.- Te permitieron unos días para poder estar conmigo, los últimos días, para poder despedirme porque nunca logre hacerlo, después de ese día no hacia más que llorar y encerrarme en mi habitación a hacer mis ya habituales berrinches y destrozar todo lo que estaba cerca mía.

-No lo recuerdes, solo...abrazame-. Se subió a horcajadas sobre mi cintura, puso su cabeza en mi pecho mientras yo acariciaba su cabello, era nada más que un ángel, su sonrisa enamoraba a cualquiera y ahora me ha vuelto a enamorar.

...

No sabia cuanto tiempo había pasado, pero me había dormido con Jimin encima de mi y ahora me estaba despertando con besos en el cuello.

-Amor, te extraño.

-Mmm-. Gemí tratando de abrir los ojos.-Yo también, cariño.-Besé su frente y luego su mejilla. Con ambas manos tomé su cara y acerqué nuestro labios en un beso lento y tierno. Al principio fue solo un roce pero luego ambos movimos nuestros labios que se juntaban de la mejor forma que existía. Él aún estaba a horcajadas sobre mi cuerpo por lo que mis manos que se encontraban en su espalda se trasladaron a su trasero y lo apreté, mis labios bajaron por su barbilla hasta su cuello donde logre sacarle un gemido suave. Lo miré desde donde estaba y mantenía sus ojos cerrados con su boca ligeramente abierta dejando salir el aire y sus mejillas ya sonrojadas , se veía tierno y sexy, una mezcla perfecta según yo.

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