Toda una eternidad soy capaz de darte

7.2K 463 138
                                    

No estoy del todo seguro que tan bien lo recuerdes, pero... Nos conocimos en una noche lluviosa y descontrolada, donde ese desastre natural tan hermoso podía representar perfectamente el como me encontraba.

Cuando a mis ocho años intentaba obtener su atención, siendo el más ordenado, mejor educado y mejor comportado. Con un estrés absoluto a tan corta edad, la constante pregunta "¿Por qué todo era tan complicado?" .

Eran alrededor de las once en punto cuando "Esa persona" entró en la mansión, algo cansado y con una sonrisa muy peculiar. Interrumpiendo mi lectura.

Me encontraba confundido por su comportamiento, era la primera vez que era tan exigente con el servicio de limpieza y estaba emocionado por mostrarnos algo a Shu y a mí.

No pensé fuera a ser un alguien, al ver a esa pequeña de grandes orbes celestes y largas pestañas, su piel blanca como la nieve hacía un hermoso contraste con su cabello negro, su rostro de ángel y nariz pequeña era arte a mis ojos.

Ella me había fascinado, se encontraba temblando y con sus ropas desgastadas. Al caer en cuenta en ese detalle, fui al momento en busqueda de una toalla y al regresar, hice mi mejor intento por no parecer un imbécil.

En vez de extenderte la toalla yo mismo hice todo.

- Puedes sentarte allí, yo me encargaré. - tu algo confusa, tomaste asiento en el sofá dorado y me observaste con atención, te sobresaltaste al notar que iba a secar tu cabello.

- No tengas miedo, solo voy a darte el trato que pienso mereces. - ella no dijo nada y en cambio sus mejillas cambiaron de tono a un leve rosa. Era muy hermosa, tanto que era muy probable yo también me encontrará avergonzado.

- Por cierto mi nombre es Diana. - al momento paré de secar su cabello y me quite mi saco, posicionando este en sus pequeños hombros.

- Disculpa mis modales, soy Reiji.

Esa fue tu primera noche. La que cambiaría por completo nuestra historia.

En nuestra infancia, no hubieron muchos juegos. Beatrix no nos lo tenía permitido, solias leer y dibujar conmigo, varias fueron las ocasiones donde intentabas cambiar nuestros planes pero, nunca aceptaba lo diferente.

"Sí gustas, puedes jugar con Shu y su amigo".

"Podría hacerlo, eso es muy cierto. Sin embargo, quiero estar contigo".

Nuestros hermanastros no eran tan cercanos a ti, el que era problablemente más cercano era Kanato. Muchas fueron las veces donde decidiste contarme lo mucho que adorabas su cantar, todo lo que te hacía sentir, decías era como escuchar a un ángel, aún sabiendo lo que eramos realmente.

Recuerdo no encontraba el por qué a ese sentimiento de horror cada me hablabas de él, sentía como mi corazón se escogía y por unos instantes quería decirlo:

"Soy mejor que él, ¿Por qué no dices esas cosas de mí?".

Pero siempre callé, por miedo a que te alejaras de mí. No quería lo hicieras, te quería a mi lado.

Una tarde, cuando teníamos doce, recuerdo estabas muy triste por lo sucedido con Edgar.
Puedo contarte con detalle el momento en que vi tus ojos de cristal llenarse de lágrimas, tu cuerpo tembloroso y quebrado, tanto como esa noche...

Princess ° Reiji Sakamaki | Diabolik LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora