One Shoot. Niall Horan♡.

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Little Things♡.

"No tengo razones para seguir viviendo" Sentía como el liquido rojo y caliente se esparcía por su piel, ella recordaba todas las palabras que le decían, gorda, fea, nunca nadie va a quererte, estas muy gorda. Miró su cuerpo. Tenían razon, ¿quien podria querer a alguien como ella? segun ella, era un asco. Cada día despierta más destrozada que el día anterior, pero siempre debe forzar una sonrisa para que nadie sepa en verdad qué pasa en su cabeza, no quiere seguir viviendo, no tiene razones para hacerlo. ¿Saben lo que es no tener un amigo en toda tu vida? ¿No tener a nadie con quien consolarse, ni nadie a quien abrazar cuando lo necesitas? sé muy bien lo que se siente, y creanme, no es lindo. Durante un par de años creé mi propio mundo; las paredes que me separaban con el resto eran tan grandes como la mente humana, tan grandes como el amor que tiene una madre hacia su hijo, tan grande como el dolor que siento frente al mundo real. 

Ahora me encontraba encerrada en el baño, sola, en un mundo irreal. "Estoy fea, soy gorda, nunca nadie logrará quererme. No quiero vivir para pasar eso" pensaba mientras encendia su celular para poner su cancion favorita, Little Things, escuchar las voces de ellos era como escuchar ángeles, me tranquilizaban, me hacian sentir querida, y que no estaba sola. Luego de un tiempo, todos los días era lo mismo pero nunca pensé que yo, la chica gorda, la fea llegaría a encontrar a alguien como él. Nunca podría llegar a imaginar que esa persona llegaría a su vida, él era como su angel guardian caído del cielo, había llegado para protegerla. Él relaja y despeja toda mi alma, aparta todo rastro de todo tipo de inseguridad, dolor, insultos, simplemente se esfuman cuando lo veo. Me hace ver las pequeñas cosas en mí que creía que no existian, las personas solo hacian que vea mis defectos, sin embargo cuando lo veo a él los olvido y me doy cuenta de las pequeñas cosas que nos hace especial. Nunca pensé que el, amaría todas esas pequeñas cosas a las que yo llamaba y los demás llamaban 'imperfecciones'. ¿Quién hubiera imaginado que esa simple salida al parque hubiera cambiado tanto mi vida?

Sin embargo, ahí estaba yo, de nuevo frente al espejo. "Odio mi sonrisa, se me arrugan los ojos. ¿Y estas pecas? Que asco, parecen manchas de sol. Los pantalones ya no me quedan... estoy gorda... soy un asco. Solo mira este estómago, esta horrible... soy un fenómeno. ¿Cómo puede ese chico tan lleno de perfección estar con alguien tan horrible como yo?". Unos golpes en la puerta interrumpieron, y escuché su melodiosa voz del otro lado. Me llamaba, pero no podía verlo, de seguro iba a terminar conmigo, era lo más probable. Gritaba mi nombre pero no podía, no podía dejar que me viera, era un asco, de seguro hasta le daba pena. Lágrimas comenzaban a correr... no podía seguir así... arruinándole la vida al ser que más amo. Una, dos, tres... caían cual cascada en verano, mientras yo sollozaba en silencio. ¿Por qué me sentía tan mal? ¿Por qué solo lloraba? Creo que era uno de esos momentos en los que recuerdas todo lo que la gente te ha dicho. Gorda, fea, nadie te quiere, por eso tu mamá te dejó, no sirves, eres una inútil, lo único que haces es comer, pareces cerda... eran solo algunas de las cosas que podía escuchar a diario.

Su voz seguía gritando mi nombre, y yo me encontraba llorando en silencio, teniéndome lástima como siempre. Los golpes no cesaban, no se rendía. Lo único que me quedaba era hacerle caso, no se iría si no lo hacía. Con el dorso de mi muñeca sequé mis lágrimas y me dirigí a la puerta. Lento, sin prisa, nerviosa e indecisa, la abrí. Ahí se encontraba ese par de ojos grandes y azules, con preocupación y dolor. En un segundo sentí dos brazos rodeando espalda, y una respiración en mi cuello. Me preguntaba qué tenía, que si me había vuelto a lastimar. No, no lo había hecho, pero había pasado por mi mente. Le dije la verdad, que me odiaba, que era horrible, y que yo no merecía estar con él. Las lágrimas traicioneras no tardaron en reapaelrecer y volví a caer en un llanto. Sus manos se entrelazaron entre las mías, como si fueran hechas para estar juntas. Juntó nuestras frentes, y no pude evitar bajar la mirada. "Nunca te amarás ni la mitad de lo que yo te amo." Susurraba en mis labios. Levanté la mirada. "Nunca te tratas como debes, pero yo quiero que lo hagas. Yo siempre estaré para ti, y espero que un día te ames tanto como yo te amo." Terminó de narrarme esa bellísima parte de mi canción favorita, y no pude evitar derramar una lágrima... pero esta vez de felicidad. Sonrió de lado, y acarició mi mejilla, limpiando con su pulgar la lágrima que había caído en ese momento. Se acercó y sin decir palabra alguna me dio un beso, con tanto amor y ternura que era imposible no seguirlo. Susurró cuanto me amaba, con todos mis defectos. 

Amaba mi adicción al café, y amaba mis pequitas. Amaba mi sonrisa, y como se cerraban mis ojos. Amaba como me quedaban los pantalones, y amaba mi estómago, dijo que amaba abrazarlo. Me amaba a mi, por dentro y por fuera, y sus ojos no mentían.

Es desde este día que cada vez que me miro al espejo digo "soy hermosa, por dentro y por fuera. No puedo cambiar, nadie me puede cambiar, pero soy perfecta asi. Tal vez no me amé pero me amo y me amaré hasta el fin de los tiempos... y todo gracias a él, Niall Horan." ©

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