Esos momentos que compartimos juntos, los besos, los abrazos, las caricias, todos los sentimientos encontrados... Te agradezco desde los miles de kilómetros que separa nuestros cuerpos, el permitirme experimentar junto a ti todas esas cosas anteriormente desconocidas para mi. No puedo estar contigo ahora, amor... Ya el verano pasó, terminó y en él quedó grabada toda esa pasión que sentimos, ese gran amor que nos tuvimos.
Aunque no todo es cierto, el amor permanece enterrado como una semilla debajo de la tierra en nuestros corazones. Almas unidas por una eternidad, como el hilo rojo de aquella leyenda japonesa. El hilo es invisible pero a pesar del tiempo, el lugar, a pesar de las circunstancias... es irrompible.
Mi corazón es el que se rompe ahora al saber que no puedo estar junto a ti, besando tus labios, tocando tus fuertes brazos o poniendo los míos alrededor de tu cintura. Espero que donde quiera que estés, nunca rompas tu promesa de jamás olvidarme y siempre guardarme en un rinconcito de tu corazón.
Tuya,
Lovelace.
