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Un lugar donde llegar:

Respiró profundo después de haber bajado del avión, miro alrededor de toda la sala llena de personas, todas caminaban de un lado para el otro hablando entre ellas, creando un murmullo un poco desesperante para los que tenían oídos delicados, así como él.

- ¡Hey, Sehun-ge!, - giro hacia la voz que llamo su nombre encontrando la alegre sonrisa de su amigo que se acercaba. -Ya era hora, llevo dos horas esperando tu vuelo, - le reprochó.

Él solo le sonrió dejando de lado su maleta mientras el chófer de su amigo la tomaba.

-Se supone que nadie sabía de mi llegada, - respondió pero solo fue callado por el fuerte abrazo que el menor de cabello negro le dio.

-Cállate y abrázame, malagradecido. - Zitao se separó dándole unas palmadas en el hombro. -Es hora de moverse, según el señor Lee dice que lloverá más fuerte, - Zitao apuntaba al hombre de mediana edad que ya tenía un carro con sus maletas y el hombre le dio una inclinación de cabeza como saludo que Sehun correspondió.

Sehun miro por los grandes ventanales del aeropuerto en como una fina llovizna chocaba contra el suelo de la ciudad a esas horas de la noche.

-Mi madre se alegrará mucho de volverte a ver, - sonrió al escuchar aquello.

-No exageren, solo han sido tres años. - Dijo pero se sorprendió un poco cuando su amigo detuvo su andar de entre las personas para estrecharle sus gatunos ojos.

-Oh Sehun, irte de esa manera, sin decirle nada a nadie, es para preocuparse y alegrarse de verte de nue...

-Está bien, está bien, tú ganas. - Lo interrumpió alzando las manos en son de paz. -Mejor dime ¿Cómo está mi tía?, - preguntó tratando de no recordar los motivos del porque se fue sin decir nada.

Zitao después de la pregunta aún seguía mirándolo con recelo, sin embargo luego de unos segundos decidió continuar su camino hasta adentrarse al interior de la movilidad negra estacionada que los estaba esperando con las puertas abiertas.

-Desde que te fuiste ha sido un calvario para mí, no sé qué tipos de pensamientos se le ha cruzado por la cabeza que desde tu partida quiere buscarme la novia adecuada para casarme cuando termine mis estudios en la universidad.

Sehun pudo darse cuenta del abatimiento en el rostro de su amigo. Zitao la mayor parte de su vida se había dedicado en tener puros sobresalientes en sus estudios y siempre que se le preguntaban por su vida amorosa, él respondía que eso era inverosímil en su propósito de vida que tenía.

Solo que al parecer no recordaba que era el hijo mayor y tenía obligaciones que pronto sus padres le resaltarían que debía cumplir.

-Lo siento, ¿siento agitar tu ocupada vida?, - dijo teniendo como respuesta unas carcajadas que nunca pensó que iba a enternecerse al volverlas a escuchar.

En definitiva, había extrañado el país en que creció, su casa, sus amigos...

-Tranquilo bro, tengo un coeficiente intelectual de casi doscientos, he sabido cómo salir ileso de esas... ¿treinta y dos citas a ciegas?

Ante eso el que rió fuerte esa ocasión fue él. Estaba de más que la madre de su amigo tenía algo en mente y al parecer no era ver todavía soltero a su hijo mayor y sobre el IQ de Zitao... no creía que fuera de doscientos, ni Einstein lo tuvo alguna vez, solo lo dejaría alardear como siempre.

Ralentizo su risa poco a poco luego de escuchar sonar el celular de Zitao y contestará. Dejo al menor que tomará su llamada sin prisa mientras él giraba para darle una mirada a la ciudad, limpiando con la palma de su mano un poco la humedad del vidrio de la ventana y sonrió ante las luces de colores que reinaban en todos esos edificios dándole una nubosidad acrílica, la lluvia que se había intensificado con el pasar de los minutos.

Lover Town | SekaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora