Ese día mi amiga Noa decidió organizar una cita doble con un chico que había conocido el fin de semana pasado y un amigo suyo.
Ese eras tú.
Llegaste y no podía hacer otra cosa que mirarte, era como si yo fuese una artista contemplando la mayor obra de arte jamás vista.
Fuimos a aquella discoteca en la que bailamos como nunca había bailado con nadie anteriormente, nuestros cuerpos lo decían todo, tanta conexión sin apenas conocerte.
Lo que no sabía es que tu serías el dueño de mi corazón.