FOOLS

I



****************

LIKE THE SUN

El amor es prohibido cuando el mundo le pone límites y se empeña en seguir un protocolo egoísta basado en los prejuicios.

Porqué nadie entiende que para amar a una persona no se necesita de dinero, lujos, un físico envidiable, misma nacionalidad o ser de distinta sexualidad. Sin embargo, ahí estaba llorando en un rincón de su habitación como una frágil gacela luego de haber sido herido por un león. El dolor que inundaba su ser era demasiado fuerte y perverso, no podría soportar una vida sin él, pero debía alejarse para no lastimarlo, era lo correcto, lo idóneo.

¿Acaso tenía la culpa de haber entregado su corazón a un hombre, a su mejor amigo? Aún recuerda las palabras de su progenitor, palabras hirientes, incluso más que los golpes recibidos.

"Asqueroso, inmoral, así dices llamarte mi hijo, jamás aceptaré a un desorientado en mi familia, más vale que termines con ese maldito y regreses al camino correcto o yo me encargaré de que jamás pueda ver la luz del sol".

Cómo podría expresar un lenguaje injurioso hacia Jungkook, no tendría el valor de escupir mentiras con el fin de alejarlo, lo amaba más que a su insignificante vida. No le importaba cargar con todo el dolor solo, sin embargo, su pequeño era más valioso que cualquier diamante. A sus ojos, estos se quedaban absortos ante su resplandor.

***********

Junkook miraba el vasto cielo desde aquella pendiente. Taehyung y él siempre iban, pues era el lugar perfecto para que dos amantes concretasen su amor, sin las miradas maliciosas de esa gente que por ignorancia o frialdad regalaban espinas a quienes no cumplían lo establecido por la sociedad. Al pelinegro no le interesaba el bullicio absurdo, el solo necesitaba a Tae, el hombre que con tan solo una sonrisa lograba acabar con la tormenta dentro de sí.

Sonreía ampliamente cual colegiala en su época de enamoramiento, recuerda el día en el que proclamaron amor el uno por el otro, sellando su pacto con verdadera pasión. Ese día triste para los dos, se convirtió en el eslabón perdido que dió paso a la más hermosa relación.



Junkook recibió la llamada de su mejor amigo, al otro lado de la línea se había escuchado el llanto incesante.

–Kookie, te necesito, por favor ven a mí.

Su amigo solo lo llamaba así cuando se sentía muy mal, como por ejemplo en el funeral de su madre. El menor lo acompañó todo el día e incluso se quedó a dormir en su casa, escuchándolo, abrazándolo y dándole palabras de aliento. Corrió a prisa olvidando todo, lo único en mente era su adorado Taehyung.

Finalmente llegó a la casa de su mejor amigo, su hermano. Tocó la puerta abruptamente sin importarle los regaños que podría recibir. La puerta se abrió dejando ver aun hombre alto, muy demacrado.

–¡Jungkook! ¡Viniste como caído del cielo! Por favor pasa... estaba a punto de ir a buscarte al colegio... Taehyung no está bien... el se enteró de algo que intenté guardar por años.–El señor dejó reposar su espalda en el sofá.