Parte 1.

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Érase una vez... cerré el libro irritada, ¿no podría haber otro comienzo para un cuento? Sacudí mi cabeza en modo de negación, me sentía muy frustrada, tenia que encontrar una historia que me inspirase para mi proyecto de filosofía. Sin embargo ¿Cómo podría hacerlo si casi todos los cuentos eran de romance demasiado cursi, para niñas de tres años?

No. El mundo y la realidad no eran así, no existían los enanos que hacían "trabajo de caridad" escondiéndote en su hogar a cambio de que fueras su vil sirvienta, tampoco existían los príncipes azules tipo adonis, que aparecían al final de la tragedia solo para dar un misero beso, mucho menos existían las brujas malvadas que te quitaban la voz a cambio de un par de piernas cuchas.

Lleve los libros a su respectivos estantes y fui por mi tarjeta de identificación con la secretaria.

― Gracias― murmure dispuesta a salir de ahí.

Camine por las solitarias calles de la ciudad. Suspire molesta, no tenia inspiración alguna y lo peor de todo era que la fecha limite de entrega era mañana.

<<Nota mental: no dormir en clase.>>

Llegue a mi casa y fui directo hacia la cocina para comer un simple sándwich. Después de disfrutar mi almuerzo subí corriendo las escaleras y fui directo a mi habitación.

Abrí la puerta y me encontré con la cosa mas hermosa del mundo; mi cama, me recosté en ella, bueno mas bien me aventé hacia ella, pero bueno ¿quien no hace eso?

Mire hacia el techo como si esperara que me diera todas la respuestas para mi proyecto, no paso mucho tiempo para que entrara en mi loco y extraño mundo del sueño, patrocinado por el subconsciente.

Lo que pasaría si estuviéramos muertos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora