Capitulo 3: Hermanas

23 2 0
                                    

Narra Coraline:

Cuando desperté en la mañana David ya no estaba a mi lado pero en mi mesa de luz tenia una taza de te y bizcocho de crema con una nota.

La nota decía:
Buenos días mi amor, feliz desayuno.
Te quiere mamá.

Mi madre, seguramente ella se había llevado a David a su habitación.
Ella se había opuesto rotundamente a que yo me fuera, pero al final yo era la que tenía que tomar esa decisión, bueno mas bien mi abuela.
En esta familia ella era la que comandaba.
Y anda a decirle que no, no te van a quedar huesos.
Ella era la que quería que fuera para fortalecer mi carácter, y como decirle que no a ella. Enserio ¿Como?
A ella nadie le cuestionaba y yo con mi carácter débil y personalidad sumisa, no sabía que hacer.
Aitana sabe como soy y sabe que acepto todo lo que me diga mi familia sea lo que sea, voy a donde ellos van y hago lo que ellos me digan, pero nadie nunca se ha aprovechando de esto, aunque mi hermana se la pasa haciéndome bromas acerca de eso.
No tengo ni idea de como mi hermana es tan, valiente, decidida y bueno un tanto (mucho) arrogante...
Cree que puede con todo.
Nosotras tenemos nuestras diferencias.
Ella es buena en la magia, yo en los estudios.
Ella es la decidida, yo la indecisa.
Ella es de salir mucho, explorar, conocer por si misma el mundo y yo de quedarme en casa a leer sobre los lugares a los que ella va
Somos muy distintas pero si tenemos algo es claro es que las dos daríamos todo por nuestra familia.
Fui al baño me di una ducha, al salir del baño me pongo una blusa verde oscuro de manga larga con un short y unas botas negras, me hago una trenza baja, que quedaba muy bien en mi pelo marrón y resaltaba mis ojos verdes.
Tome mi desayuno y decidí que lo mejor seria irme ahora, ya me despedí de todos anoche y si no me iba ahora no se si tendré el valor de hacerlo después.
Agarre mi bastón, mi capa violeta y mi mochila donde están todas las cosas que llevare (bueno yo tengo muchas de mis cosas ya en la casa de mi hermana (perdón nuestra casa) que había llevado anteriormente, así que solo necesito la mochila).
Salí de mi habitacion y me dirigí al jardín donde pude distinguir a mi abuela.
Parecía estar esperándome.
-Buenos días querida - dice a modo de saludo yo hago una pequeña reverencia y le contesto.
-Buenos días abuela
-¿Ya te vas?
-Si no me voy ahora no se si pueda hacerlo después - digo mirando el suelo.
-Lo entiendo mi amor, oye desastre esa trenza y mejor hazte una cola alta -me dijo sin dejar su tono normal
-Bueno... esta bien
Estaba a punto de deshacerme la trenza, cuando ella me toma de la mano y niega con la cabeza.
-Tienes que hacerte fuerte Cora, es por eso mismo es que te mando con Aitana
-Lo se abuela, pero ¿Puedo hacerte una pregunta
-¿Que ocurre cielo?
-Si yo voy para mejorar mi carácter, porqué también esta ahí Aitana, digo ella tiene un carácter... em pues normal
-Ah Aitana... ella ya se iba mucho a otros lugares antes pero yo le sugerí que fuera allí para hacerse fuerte de otro modo, para olvidar algunos inconvenientes del pasado - yo baje la mirada recordando a Raven - pero ella también quería explorar a cuenta propia descubrir cosas nuevas, sin que nadie lo controlara.
-Lo se - alce la mirada y sonreí ella me devolvió la sonrisa - debo irme - la abrace y camine hacia el portón del jardín cuando mi abuela me preguntó:
-¿No se te olvida algo? - me di media vuelta
-¿Algo? - pregunte extrañada, ella miro para abajo y la ví a Menta mi gata, la mire con tristeza - Mi hermana tiene un perro y un pez, y yo no quiero ir para armar un estropicio desde el primer día
-Mi amor ahora también va a ser tu casa - tomo a Menta en brazos, camino hacia mi y me la ofreció - ahora tendrán que compartir espacio.
Yo tome a Menta y le dije una última palabra antes de irme:
-Gracias
Y desaparecí cerrando el portón tras de mi.
A pie era una semana de camino pero con magia llegaría en 5 segundos, lo medite si fuera a pie tendría que acampar, pero el hechizó de teletransportacion me deja muy agotada, por eso casi nunca lo uso, ni yo ni nadie de mi familia (al menos no ha esa distancia).
Yo seguía caminando mientras pensaba.
Yo adoraba acampar, pero obligar a Menta a hacer todo ese viaje era muy injusto para ella.
Al final reúno todas mis fuerzas y decido hacer el hechizo.
Recito mentalmente y cierro los ojos aferrando a Menta contra mi pecho para que no se me escape y en 5 segundo estoy enfrente de la casa, perdón decir casa es demasiado poco yo diría mansión debido a que es muy, muy grande. En su momento ese había sido nuestro hogar y tenia que ser así de grande para que cada uno tuviera su espacio personal, pero nos mudamos a nuestro hogar actual que era aun más grande que esta casa.
Sentí como mis fuerzas se iban por el conjuró y casi me caigo pero por suerte alguien me sostuvo a tiempo...

Yo no pude seguir en pie, me desmayé.

Gemelas diferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora