Parte sin título 4

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Escuché el canto del gallo y una leve luz invadió mis ojos. Me despeté con normalidad y fui a tomar mi desyuno, habitualmente compuesto por un tazón de leche y una reducida cantidad de avena.

Al llegar a clase me encontré con una gran revuelta en la que se podían divisar lágrimas, sollozos y caras de asombro. Un grupo de señoritas hablaban con preocupación.

_Es un caso extraño -dijo una de ellas-

_Estás en lo cierto, nunca había visto una situación de este aspecto nunca-

- Las hermanas superiores no mencionaron nada a las presentes, pero yo pude escuchar que en ele cuerpo de la víctima había dos pequeñas marcas bastante profundas en el cuello.-en ese instante supe inmediatamente la razón por la cuál se había producido aquella misteriosa muerte. Seriamente me dirigí a mi banco, dispuse mi pizarra y tizón sobre mi mesa y una señora entró causando un silencio sepulcral-

Cuándo la noche sucedió al día, me dispuse a ir al bosque y deslicé suavemente mi cuerpo de una pequeña silla desgastada en la que me encontraba leyendo.

 Comencé dicho recorrido con normalidad, pero al instante sentí que alguien me sujetaba las manos y me retenía en sus brazos, cuándo miré al frente pude observar que varias alumnas de mi escuela me ojeaban con una mirada de placer:

_Sabemos que fuiste tú! -gritó una de ellas provocando que mis latidos se incrementaran poco a poco; con voz temblorosa solo pude decir una palabra.

_N no! -dije mientras mi voz se quebraba-

_Tu fuiste la que asesinó a nuestra pobre amiga, por eso ayer te sentaste en tu banco seriamente! - cuando intenté responder en su cara se pudo ver una pequeña sonrrisa -

_Vamos a jugar -me tiraron a suelo y comenzaron a golpearme fuertemente la cara causando que esta se llenara de sangre que fluía lentamente- Ahora viene lo divertido - ella sacó un cuchillo y comencé a forcejar sin éxito. Mi cuerpo sufría espasmos y poco a poco comencé a temblar. Suavemente posiciono la hoja afilada del cuchillo sobre mi. Justo en ese instante escuché una voz que me resultó familiar.

_Kate! - giré mi cabeza con las pocas fuerzas que quedaban y pude observar a Peter, después de esto me desmayé-

Sentí como unos brazos me cargaban y al recordar lo sucedido anteriormente comencé a temblar - Tranquila - escuché que me decían en un susurro y apartaban suavemente un mechón de mi cara mientras me mecían lentamente. Al cabo de un rato abrí los ojos y vi como Peter me cubía con una suave manta roja; me encontraba tumbada en un sofá rojo y tras mi cabeza había una gran almuada del mismo color y tejido.

_Donde estoy? 

_Estamos en mi casa, te traje aquí tras evitar que aquella mujer te cortara el cuello con aquel afilado cuchillo - me dijo cariñosamente y cogió mano- tardé demasiado en darme cuenta de tu situación, lo siento - una lágrima cristalina amenazaba con resbalar de sus ojos, peo yo la sequé cuidadosamente y lo silencié con un abrazo. Sus cálidos brazos me rodearon y sus manos me agarraron fuertemente como si me fuera a ir volando.

_Gracias -susurré cuando nos separamos, y me recosté nuevamente. El se levanto y trajo un pequeño botiquín con el que limpió mis heridas delicadamente.

_Descansa -pronunciaron sus labios al mismo tiempo que acariciaba nuevamente mi cabello causando que me durmiera lentamente.




Una Noche de TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora