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Este patético cliché de historia comienza, desvergonzadamente, con, bueno... un cliché.

Ten trabaja en una cafetería.

Sí. Anda. Rueda los ojos.

Algunas personas son universitarios en quiebra que tienen que intentar vivir, ¿está bien? No juzgues.

Gastaba sus mañanas en lecturas de historia o prácticas de baile, y sus tardes haciéndole a la población universitaria de SM las asquerosamente dulces y cafeinadas bebidas que necesitan para sobrevivir otro semestre de noches en vela escribiendo y preparando presentaciones; ya sabes. Lo usual.

Compartía piso con otros dos estudiantes de SM: el especializado en artes Yuta, este freaky otaku de Osaka que piensa que nadie sabe que escribe fanfics de Naruto famosos en el fandom bajo el username XxxSasukesNaruxxX, y el especializado en canto DongYoung, quien es algo así como un regalo del cielo por lo amable y adorable que es, a pesar de sus malas decisiones en la vida (véase: elegir salir con el anteriormente mencionado otaku)

Ten no quiere saberlo.

(Están bien, de todas formas, pensaba Ten. Y realmente no quiere saber en qué clase de sospechoso negocio ilegal de drogas está envuelto JaeHyun, su vecino del otro lado del pasillo.)

En su mayoría, la vida de Ten es casi sorprendentemente normal.

Suele pasar el tiempo con Yuta, DongYoung y TaeYong (especializado en literatura), bebe demasiado café, deja sus ensayos de historia y danza hasta el último minuto, ocasionalmente se pone vergonzosamente borracho con sus amigos, y llama a su hermana de vez en cuando.

Lavar y repetir.

Y entonces todo cambió.

El chico caminó en la cafetería del campus con su cabello color moca dispersado preciosamente en su rostro, y un par de anteojos, que se veían caros, posados precariamente en su cabeza.

"Quiero un caramel macchiato grande, mitad dulce, sin grasa, con extra rociado de caramelo y un remolino de crema mediano."

Ten levantó su vista de la caja registradora, confundido. "¿Disculpe?"

Claramente, su fruncimiento del ceño es evidente, porque el chico suspiró e impaciente dijo, "Caramel macchiato grande, mitad dulce, sin grasa, con extra rociado de caramelo y un remolino de crema mediano." repitió, fastidiado. "¿Hay algún problema?"

"No, para nada," Ten sacudió su cabeza. "Solo quería oírlo de nuevo, para no olvidar la orden más tonta que he escuchado en mi vida."

El chico se veía ofendido. "Oye, escucha—"

"¿Te das cuenta de que pedir una bebida sin grasa y luego solo añadirle jarabe de caramelo y crema es inútil, verdad? Es que, en serio es completamente inútil."

"¿Qué eres? ¿Un policía del café?" El chico contestó de mal humor. "Deja de oprimirme. Solo escribelo y dime cuánto es."

"Serán 8,500 won," dijo Ten, "Te daré 1,000 won de descuento solo porque me apiado de ti."

"Wow. gracias... ¿Ten?" el cliente dijo, echándole un vistazo a la etiqueta de Ten. "¿En serio ese es tu nombre?"

"¿Qué eres? ¿Un policía de nombres?" molestó Ten.

"Como sea," contestó el otro hombre, rodando sus ojos. "¿No vas a preguntar mi nombre para escribirlo en mi vaso?"

Ten suspiró. "¿Cuál es su nombre, buen señor?" dijo en su aliento.

"Dinamita."

Ten se le quedó mirando, aturdido.

"Toma el dinero. Quédate con el cambio. Estoy demorando la fila," el chico movió su mano, moviéndose a un lado para esperar en el contador antes de que Ten pudiera responder.

Qué. Mierda.

Ten le hizo al cliente (no había ninguna manera en el mundo que su nombre en serio fuera Dinamita) su estúpida bebida y la deslizó por el contador.

"Gracias", el castaño guiñó con su ojo. "¡Te veo luego!"

Y luego solo salió caminando, riendo solo.

Ten parpadeó. Acababa de recibir la mayor patada en el culo de una vida entera. Desde un extraño con etiqueta de raro cliente.

Ten, 0, odioso cliente, 1.



***


Contarle de esto a Yuta fue un error.

Su (inútil) compañero de habitación se rió por casi 10 minutos.

"Wow," dijo, lanzándose aire con su mano. "En serio perdiste. Tengo que contarle a DongYoung."

"NO," se quejó Ten, lanzándole una almohada a Yuta. La cual no lo golpeó. Este realmente no es su día.

DongYoung es el presidente del cuerpo estudiantil y es amigo de todos. Decirle a él equivaldría a decirle a toda la población de SM.

Yuta se encogió de hombros. "Ni siquiera sé qué es lo que te molesta," dijo, abriendo una bolsa de hojas de alga sazonadas. "Alguien fue a la cafetería y coqueteó contigo. Wow. Trágico. Tu vida es tan hashtag difícil. Solo pregúntale amablemente su nombre la próxima vez que lo veas. Increíble. Problema inexistente resuelto. Ahora ¿podrías callarte? Haikyuu acaba de empezar."

Ten suspiró. Necesita superarlo.

"No fue coquetear," dijo con un puchero.

Yuta solo le subió el volumen a la TV.



***



Ahora, cuando El Extraño Chico Cliente dijo '¡te veo luego!', Ten no pensó ni por un segundo que era en serio. ¿Quién dice en serio cosas como esas?

Evidentemente este chico, descubrió Ten al día siguiente.

"Un venti skinny hazelnut macchiato helado, con extra jarabe de caramelo, sin grasa, poco hielo, sin crema para Obama, por favor," El cliente sonrió cuando lo vio levantar su mirada de la caja.

Ten resistió la urgencia de rodar sus ojos con tanta fuerza que estos se quedaran así. "Con todo el respeto posible, estoy bastante seguro de que Obama nunca ordenaría algo así de idiota."

"Obama" levantó sus hombros. "¿No has oído la frase 'el cliente es el rey'?" dijo en respuesta.

Ten se le quedó mirando, pero recibió el dinero del costo de esa ridícula bebida y se fue a hacerla. Cuando hubo terminado, se volteó a entregarla, solo para encontrar que el chico más alto no estaba esperando en el contador.

Oh dios, pensó.

"Taeil sunbae," llamó a su co-trabajador. "'¿Podrías, eh, llamar a la persona que pidió esto? Yo tengo que, ah, tomar la siguiente orden," preguntó (rogó), desesperado.

Taeil parpadeó y observó al contador donde había una sospechosa baja cantidad de personas, luego volviendo a mirar a Ten, con su rostro neutro, antes de alejarse.

Ten mentalmente juró venganza antes de arrastrarse hasta el contador. ¿Por qué todos lo odiaban? ¿Qué hizo mal en su vida pasada? Preguntas para otro día.

Aclarando su garganta incómodo, llamó, "Hazlenut macchiato para Obama," lo más rápido que pudo, bajando su cabeza en vergüenza mientras bastantes personas le lanzaban miradas curiosas.

"Gracias," el castaño sonrió y caminó hasta él para tomar su café. "Adiós, Ten," se despidió con su mano.

El rostro de Ten quemaba, mientras miraba a El Chico caminar hacia afuera.

wait a second (i'm figuring us out) ↝ johntenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora