La guardiana

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En una tierra lejana Hace ya mucho tiempo cuando todo era diferente a como es ahora, Donde existían criaturas increíbles; habitaba una muy especial, Esta, a diferencia de todas, no se le conocía su verdadera forma, era un misterio, ella podía adoptar cualquier aspecto a su total antojo, pero para los que lograban verla les quedaba la duda si de verdad era su verdadera identidad o simplemente era una de las tantas que podía adoptar simplemente, podía ser nada y todo al mismo tiempo.

-reí un poco mientras contaba-

Ella solía ser muy traviesa.

-libere una pequeña risa entre dientes-
Se paseaba por el bosque cambiando, jugando o asustando a todos. Esta criatura tenía un aspecto que le gustaba mucho ese era el de un dragón enorme y amenazante, para aquellos pocos que lograban ver esa forma decían solo unas frases las cuales siempre coincidían; dichas palabras eran las siguientes "era un dragón hecho de esmeraldas que brillaban" la otra frase era "parecía como si la vegetación tomara vida y nos atacara; casi invisible solo se lograba ver el color verde antes de sus ataques" como sabemos nadie podría contra un ser tan monstruoso, también deambulaba por el bosque en forma de ente (un fantasma casi invisible pero lo suficientemente materializado como para tomar objetos) así no era vista y mucho menos molestada; ayudaba cuando podía, aunque era muy miedosa, pero cuando era necesario defender a las pequeñas criaturas del bosque, esta guardiana tomaría su mejor apariencia para protegerlos y no dañar al bosque ni a quien defendía.

Esa criatura, al ir creciendo sentía compasión por aquellos llamados humanos, notaba lo vulnerables que podían ser; ella ayudaba mucho a las personas, cuando se perdían en el bosque, dándoles comida cuando ellos no podían conseguirla, pero para pasar de incógnita tomaba la forma de un ente para acercarse a ellos y les dejaba comida sin llegar a ser vista o simplemente tomaba el aspecto de un aura ancestral (esfera de luz) para guiarlos a la salida del bosque; sin saberlo este pequeño ser compasivo se había apegado a los humanos y era llamado por ellos como ''guardián del bosque de los perdidos''.

Un día, mientras se paseaba por el bosque, ella se había encontrado con un pequeño niño. El pequeño parecía tener mucho miedo, fue entonces que nuestra protagonista decidió adoptar su forma de aura y se le apareció para acompañarlo, aunque todo parecía muy tranquilo, ellos no estaban solos
De repente y sin aviso, una de las criaturas del bosque saltó de entre los arbustos, agarrando al niño y corriendo a toda velocidad sin darle oportunidad a la guardiana para hacer algo. Era un feralim, un tipo de can con una forma algo decrépita, con un color negro, un negro tan profundo como la misma noche y un apetito voraz por la carne, son depredadores oportunistas, carroñeros, su agilidad y velocidad les permitía no solo huir rápidamente sino también era usada para robar alimento a depredadores mas grandes que ellos, al verlo llevarse al niño la guardiana tomo la forma de un hada, una de las criaturas del bosque más rápidas; siguiendo a toda prisa al Feralim para proteger al niño pero cuando estaba a punto de alcanzarle otra de esas criaturas la golpeo dejándola aun más atrás, mientras miraba como los feralim se llevaban al niño comenzó a sentir un enojo interno como un fuego acumulado no solo por la furia sino también por la frustración ante esto la guardiana tomo la forma de un dragón de color verde intenso el cual no solo estaba cubierto de escamas sino también de musgo y vegetación, corrió lo mas rápido que sus potentes piernas le dejaban mientras iba destrozando los alrededores para alcanzar a los feralim en poco tiempo, cuando logro alejar a uno lanzando un mordisco el cual fallo intencionalmente como advertencia, el feralim que cargaba al niño siguió corriendo, ella corrió también un poco mas a prisa y logro observar como aquel niño se movía tratando de soltarse mientras que el feralim lo movía de un lado a otro con fuerza lo suficiente como para lograr aturdirlo, la guardiana lo alcanzo inmediatamente, lanzando un llamarada desde las fauces logrando espantar lo suficiente al oportunista del feralim para que soltara y dejara al niño pero cuando logro hacer que este lo dejara, ella se percató que para ese pequeño joven ya era tarde. Ese día ella conoció lo que significaba el fallar en su tarea de ayudar a los humanos, sintió un poco de lastima por aquel pequeño niño que yacía muerto en el suelo y tomando la forma de un lobo, llevo el cuerpo del niño fuera del bosque. Al salir algunos humanos los cuales se habían acercado por los rugidos y los destrozos en el bosque vieron al lobo e inmediatamente pensaron que aquel animal había sido el causante de tal escándalo y al verle llevar al niño entre la boca pensaron inmediatamente que había asesinado al niño, se acercaron hacia aquel lobo de mirada triste que cargaba un pelaje plateado muy grueso, al notar la acción que habían tomado los humanos ella dejo al niño y se volvió de nuevo un ente invisible alejándose de los humanos los cuales desconcertados, atónitos y hasta asustados se preguntaban que había sido aquella aparición, como era capaz aquel lobo de haberse desvanecido en cuestión de unos segundos, pero más importante que eso llegaron a preguntarse si de verdad había sido aquel lobo el culpable de la muerte del joven al cual decidieron tomar para hacerle un entierro digno.

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⏰ Última actualización: May 27, 2016 ⏰

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