-AALF.
Con los años todo se fue haciendo distinto, nuestras conversaciones se acortaban, y poco a poco el tiempo para mí también. Comenzaste a priorizar cosas que lo merecían, dejando a un lado lo que algún día fui, entre noches de esperas largas, y pocos días a mi lado, demasiado cortos, se fue olvidando mi rostro, y aquel niño en tus miradas deje de ser yo. Encontraste amor en alguien más, y sin querer yo te seguí pensando, me seguía viendo en ti, te seguí esperando.
Una perla rodó por su mejilla, de una manera tan sutil que me dejaba admirar cada detalle de su rostro, desde sus pupilas, llenas de luz, bajando por la mejilla que tantas veces bese, y muriendo el los escondrijos de eso prohibido que algún día toque, destellando antes de desaparecer (como una estrella), permitiendo que la deseara, una vez más.
-AALF.
Que cortos se hicieron mis días, que largas mis noches. Y aquí estamos, una década después, y tú ya olvidaste todo lo que un día nos alejó de la realidad.
Una pausa, tan corta que no me dejo continuar, pero lo suficientemente larga como para que yo notara como el faro de la calle, se encendía y apagada, distrayendo mis ganas de abrazarla. Me dio tiempo de imaginar que el faro me advertía de algo, que giñaba su luz para burlarse de mí.
Sus palabras rompieron el silencio...
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Reflejos de soledad. #justwritelt
PoetryUna Frase Bien Dicha Se Cincela A La Piel De Quien La Escucha.