Querido Príncipe del Castillo Lejano

20 2 0
                                    

Le estoy deseando en contra de mi razón. Pero el corazón es quien le ha mirado y ha coqueteado con la vana idea de estar contigo.

Aunque comprendo lo que es correcto, este sentimiento que se esta anidando no entiende de razón, no comprende principios; sólo sabe que en su mirada mi alegría se esconde, en su sonrisa esta mi estabilidad y en sus manos el amor me ha encontrado.

Por ello con toda la locura que invade este tonto sentimiento me tomo el atrevimiento de decirle; es mi único deseo que me conceda ser su albacea en vida. Yo en cambio juro velar sus sueños, cuidar sus manos, procurar sus deseos. Amarle con una eternidad, pasaría cada minuto ideando cómo hacerlo feliz. Le cobijaría con mi alma para que nunca pase frío.
Si usted atienden pronto esta solicitud sepa que está garantizada mi más absoluta discreción.

Con Amor,
La Princesa que conoció en otro tiempo ...

Cartas a Mimor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora