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Y allí estaba yo

Sonriendo, como hipnotizada, en las nubes, mi pequeño universo giraba inocente, la fiebre mostraba su etapa más pura.

A veces las personas imaginamos tantas cosas, las creemos reales, palpamos en la oscuridad, hasta que se acostumbra la vista, ¿pero qué ocurre cuando esto pasa? ¿De qué sirve poder guiarte en las penumbras si en algún momento vas a caer? Y si no lo haces.... ¿crees que regalaran una linterna? , pues no, solo ganaras un moretón en el alma y experiencia.

No confíes en lo misterioso que resultaran las penumbras.

Yo había caído en esa fría oscuridad.

Las rosas desprendían un aroma exquisito, capaz de hacerte alucinar. Las rosas, algo tan hermoso, por desgracia al ser indefensas desarrollan espinas, pero tú quieres seguir concentrado en su textura , aunque tus manos estén heridas y las espinas no hagan más que clavarse más profundo a cada minuto , tú ya eres prisionero y debes aceptarlo .

Aceptarlo, si, es la 2da etapa de la fiebre, incubas el virus de la locura, la desesperación, cuando te vas adentrando en este sentimiento tu corazón siente que será para siempre, te olvidas por un momento de pisar tierra, tocas las nubes , quizá dentro de esa nube puedas grabar su nombre y esperar a que se desvanezca.

*¿Cómo? , explícame porque siendo tan sencillos tus ojos, al posarse en los míos, causan agitación en mi interior, y de forma tan injusta te vas ganando mi corazón, cada pieza va encajando,

¿Podre luchar por mi corazón? , tú eres la razón por la cual me voy haciendo más fuerte, pero aun eres mi debilidad

*Poema breve de Insomnio



Esther <4

Esther <4

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Pedazos de almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora