Todo por un casco

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Tras la visera del casco, las luces centelleantes de la ciudad pasaban a gran velocidad por sus costados. La carretera casi desierta era una larga pista en la que soltar gas sin preocuparse por nada más. Sin embargo, en ese momento, Kyuhyun pisaba el acelerador a fondo y con fuerza, apretando las manos en el manillar, esquivando con maestría los pocos coches que se cruzaban en su camino, todo ello por una razón.

El bolsillo de su pantalón vibró e ignorando todo lo que las células de su cuerpo decían en aquel momento: "corre", "no te detengas". Detuvo su motocicleta y se estacionó en el arcén. Se quitó el casco, sacó el teléfono del bolsillo y se lo llevó a la oreja antes de comprobar el nombre.

―Sungmin, te juro por Dios que si no es importante te mato ―le amenazó.

El nerviosismo y agobio en su voz eran fácilmente detectables, por eso Sungmin fue directo al grano. Por eso y porque la situación no estaba para andar dando rodeos.

―Kyuhyun, sé adónde se lo han llevado.

―¿Dónde está? ―exigió saber el menor.

―La banda de Se Jun le encontró solo en el local de la calle doce.

―¿Qué mierda hacía Siwon allí sólo? ―cuestionó el menor cabreado con el mundo.

―No lo sé ―negó el mayor―. Su moto sigue allí, Kangin la encontró y entró a hablar con el dueño.

―Vale, está bien ―aceptó, en ese momento decidió apartar de su cabeza el porqué Siwon había cometido la estupidez de meterse solo en aquel local y decidió preocuparse por lo verdaderamente importante―. ¿Dónde mierda se lo han llevado?

―Está en los muelles, en una nave de almacenaje ―respondió Sungmin―. La banda de Se Jun tiene uno de sus escondrijos allí.

―Sí, sé cuál es ―afirmó el menor.

―Kangin y yo estamos reuniendo al grupo e iremos para allá.

―Yo me voy solo ―espetó Kyuhyun, no pensaba esperarse a que el grupo se reuniera antes de ir a buscar a Siwon, para entonces podía estar muerto.

―Kyuhyun no hagas estupideces ―le advirtió Sungmin―. Se Jun nos tiene ganas desde hace mucho, lo sabes.

―Me importa una mierda Sungmin, no pienso dejar que Siwon se enfrente él solo a ellos. Por muy "jefe" del grupo que sea ―y colgó sin esperar respuesta.

Más le valía a Siwon seguir vivo, por que quería matarle con sus propias manos por imprudente cuando lo encontrara.

Guardó con prisas el móvil en su bolsillo y se colocó el casco antes de arrancar de nuevo, con un rumbo por fin claro hacia el puerto.

En su trayecto, un recuerdo asaltó su mente. La primera vez que le vio, las luces de su motocicleta se detuvieron junto a las suyas en un semáforo. Sin casco, le miró retadoramente y giró el acelerador haciendo sonar el motor. Le sonrió de lado y arrancó segundos antes de que la luz se pusiese verde. Nunca supo porqué ese día le siguió, algo en aquel atractivo chico moreno le había hecho seguirle con su motocicleta hasta un extraño local en un barrio poco recomendable. Cuando estacionó su moto al lado de la suya, él le esperaba apoyado contra ella dándole una calada a un cigarro.

―Soy Siwon ―se presentó.

―Kyuhyun ―dijo su nombre quitándose el casco.

―Bonitos ojos ―le halagó―. Lástima que los escondas ahí debajo ―apuntó señalando al casco que permanecía todavía en sus manos.

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