El capitán de waterpolo no se enfada

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Kyuhyun observaba escondido tras una esquina cómo Siwon, apoyado contra la pared del pasillo, escrutaba a toda persona que pasase por allí a la espera de encontrar a una persona en concreto.

Kyuhyun suspiró. ¿Cómo llegar hasta su clase cuando el mayor estaba parado junto a la puerta esperando por verle?

―¡Ey, Kyu!

La voz a su espalda le obligó a voltear rápidamente llevándose el índice a los labios pidiendo silencio.

―¿Qué pasa? ―cuestionó Ryeowook llegando a su lado e inclinándose un poco para mirar por la esquina del pasillo a ver qué era lo que el menor había estado espiando―. ¿Todavía sigues evitándole? ―preguntó al ver que Siwon permanecía de pie, recostado contra la pared del pasillo junto a la puerta de entrada de la clase a la que Kyuhyun debía ingresar en poco minutos.

―Sabes que no lo hago porque quiera... ―murmuró el menor.

―Oh, vamos. No te hará nada estando en medio del pasillo ―replicó Ryeowook―. Y tarde o temprano tendrás que decírselo.

―Se va a enfadar cuando se lo diga ―gimoteó Kyuhyun.

―Kyu, es tu novio ―trató de hacerle entrar en razón―. Tiene que saberlo.

―Ya pero...

―Tarde o temprano lo descubrirá.

―No si puedo seguir evitándole ―replicó Kyuhyun.

―Eso sólo te creará problemas ―contradijo Ryeowook―. ¿No ves lo cabreado que está?

Kyuhyun echó otro vistazo al pasillo, viendo al mayor con el ceño fruncido, asustando a todo aquel que pasaba a un metro frente a él. La ancha constitución que el waterpolo profesional le había otorgado no le ayudaban a parecer menos amenazante. El menor tembló.

―Por eso no puedo dejar que me vea ahora...

―¿Y qué pretendes hacer? ¿Vas a saltarte la clase? ―cuestionó el mayor.

―No sé, hyung... pero no puedo dejar que se entere...

―Tú mismo, Kyu ―suspiró el mayor―. Yo me voy a clase.

―Hyung, espera ―le pidió―. ¿No puedes ayudarme?

―¿Y qué pretendes que haga? No puedo sujetarle mientras tú entras en clase ―ironizó―. Es el capitán del equipo y hace casi el doble que yo.

―¿Porqué no te lo llevas? ―le pidió―. Distráele con algo mientras yo me cuelo en clase.

―¿Estás loco? ―cuestionó―. Siwon no es tonto. Se dará cuenta...

―Pruébalo por lo menos... Al fin y al cabo esto es tu culpa, tienes que ayudarme...

―¿Culpa mía? ―preguntó el mayor abriendo los ojos sorprendido―. ¡Yo no te obligué a hacerlo, Kyuhyun!

―Shhhhh ―le pidió silencio―. No, pero fue tu culpa que yo me emborrachara hasta ese punto, y a la mañana siguiente ya no había vuelta atrás.

―Tú decidiste emborracharte solito ―le replicó Ryeowook―. No trates de cargarme a mí el muerto.

―Aish, da igual ―se quejó el menor―. Sólo ayúdame ―rogó.

Ryeowook rodó los ojos, pero decidió echarle una mano al chico.

―Taratré de distraerle para que puedas entrar en clase, pero no te prometo nada ―le advirtió.

―Gracias hyung ―agradeció el menor.

El capitán de waterpolo no se enfadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora