Por fin he terminado de enviar las solicitudes de trabajo, ya solo me queda esperar que alguien me llame para hacer alguna entrevista. Hace aproximadamente siete meses que terminé la universidad y me vine a vivir a Nueva York. Y el tiempo se me está acabando, el plazo de un año que mis padres me dieron se está acercando, si no consigo un trabajo tendré que ir ha vivir con mis padres a Oregon y trabajar en la tienda de mi padre. Yo no quiero eso, desde que era pequeña he soñado tener mi propia empresa y viajar por todo el mundo, y quedarme en el pueblo junto a mis padres no es precisamente lo que yo deseo.
Miro el reloj de la pared de la cocina, son las nueve de la mañana y Emma todavía no ha llegado, anoche me propuso salir con ella y unos amigos a tomar algo, pero me negué ya que hoy llamarían para las entrevistas y no me puedo permitir perder ninguna oportunidad. Cojo mi móvil y lo enciendo para ver si tengo algún mensaje o llamada perdida pero no hay nada. Empiezo a escuchar unos tacones por la escalera del edificio, tras llegar al rellano empieza a andar hacia mi puerta y el tintineo de unas llaves empieza a sonar tras ella. Dichas llaves dan varios golpes contra la cerradura y caen al suelo, me levanto de la banqueta de la isla de desayuno y me acerco a la puerta para abrirla.
Tras abrir la puerta miro hacia abajo y me encuentro a Emma tirada en el suelo de rodillas. Me quedo mirándola por un momento sin saber como reaccionar, Emma mira hacia arriba y empieza a reír como una tonta.
-Alice, estabas hay, se me han caído las llaves y no puedo encontrarlas- dice borracha, me agacho y cojo las llaves que están justo delante suya y la agarro del brazo para levantarla. Se tambaleaba a pesar de mi ayuda.
-Has bebido mucho, ¿sabes la hora que es?- le pregunto, ella hace una mueca en señal de disgusto.
Me acerco al sofá y dejo a Emma sentada en él. Ella automáticamente tira sus tacones en el suelo y se acurruca apoyando su cabeza en uno de los cojines. Voy a la cocina y le hago un té de manzanilla con limón, es lo único que le funciona cuando tiene resaca. Me acerco al sofá y dejo el té encima de la mesita de madera. El olor despierta a Emma, que se incorpora para coger su taza de té, la miro fijamente mientras me siento en el gran sillón beige. A pesar de tener el maquillaje corrido por toda su cara se sigue pudiendo apreciar sus grandes y verdes ojos, sus pestañas largas y negras, sus labios gruesos y rosados, su piel bronceada y lisa, su pelo rizado y rubio está todo revuelto.
Emma acerca delicadamente la taza de té a sus labios y le da un largo sorbo, la aparta y se le cae un poco en la pierna, rápidamente suelta la taza encima de la mesa derramando en ella el té, pega un grito ahogado y empieza a abanicarse la pierna. Reacciono rápido y voy directa a la cocina lo mas ligera posible, cojo un trapo limpio y lo humedezco, se lo doy a Emma y ella se lo pone en la pierna.
Miro la mesita de madera y abro los ojos de par en par, el té se a derramado por toda la mesa mojando algunos papeles y empieza a gotear en el suelo. Voy al baño a una velocidad considerable, cojo la fregona y la escurro para luego dirigirme casi a la misma velocidad hacia el salón. Apoyo la fregona en uno de los brazos del sofá y cojo el royo de papel de la barra de desayunos para empezar a cortar los trozos de servilletas y ponerlas encima del té de la mesita para que absorba el líquido antes de pasar un trapo por encima.
Mi teléfono empieza a sonar, Emma comienza a quejarse debido a su resaca, el sonido debía estar molestándola bastante. Se levanta del sofá malhumorada y entra en su cuarto cerrando la puerta tras de sí. Con la situación tan frustrante en la que me encontraba cogí el teléfono.
- ¿Sí?- digo en un tono borde mientras empiezo a tirar las servilletas mojadas.
- ¿Es usted la señorita Bradford?-
- Si, soy yo, ¿qué desea?- pregunto más calmada mientras me siento en el sofá.
-Verá, la llamo desde Becher Corporation, nos a llegado una solicitud de trabajo, y nos preguntábamos si podría venir mañana para hacerle una entrevista-
- Por supuesto, allí estaré, ¿a que hora?- mi voz empezaba a elevarse cada vez más.
- Le mandaremos toda la información a su email, usted solo deberá seguir las indicaciones, ¿entiende?-
- Si-
- Bien, adiós- el señor cuelga la llamada.
Estoy muy emocionada, me levanto del sofá y empiezo a dar saltitos por toda la habitación, olvidándome del té, con el cual me resbalo y caigo de espaldas al suelo.
* * *
Tras pagar al taxista me bajo del taxi y voy a paso ligero al gran edificio gris metalizado con cristaleras tintadas. Debía tener unas treinta plantas y el letrero de Becher Corporation se hacía notar a gran distancia. Entro en el edificio por la puerta giratoria y dentro todo era limpio y elegante, el color gris y negro dominaba la mayoría de los espacios.
Me acerco al largo mostrador de cristal gris, el cual esta atendido por varias secretarias. Me acerco a una rubia con ojos azules que está de pié revisando unos papeles, toda mi valentía se va al garete al no saber como hacer que me mire, aquella chica estaba impecable. Camisa blanca lisa y una falda negra de tubo que le llegaba por encima de las rodillas. Unos segundos después ella nota mi presencia y me da una cálida sonrisa, eso me tranquiliza. Y finalmente decido hablarle.
- Perdone, me llamo Alice Bradford y vengo para una entrevista.
-La estábamos esperando, por favor sígame- asiento y empiezo a seguirla hasta el ascensor.
El ascensor nos lleva hasta la planta número dieciséis. Tras abrirse la puerta un aire fresco y mentolado me golpea suavemente. Las enormes cristaleras iluminan todo el lugar, el suelo es de mármol blanco y las paredes de un gris muy claro. La señorita que me guía ve mi reacción, me da un ligero golpe en el hombro y me hace un gesto con la mano para que la siga. Yo asiento y empiezo tras ella hasta una gran puerta negra, me pide que esperé fuera y eso hago. Unos minutos después sale y me dice que entre, asiento y paso a la gran habitación.
Paredes oscuras y una gran cristalera que ilumina la habitación es lo primero que veo, en el centro hay una silla y delante una mesa alargada con una mujer y un hombre mayor. La señora de treinta y tantos años me hace una señal con la mano para que me siente en la silla. Hago lo que la mujer me pide, y a continuación prosiguen con la entrevista. Una vez iniciada la entrevista comienzan ha hacer preguntas habituales como mi experiencia, mis motivaciones, lo que puedo aportar a la empresa, etc.
Salgo contenta con la entrevista, no ha ido tan mal como esperaba. Me dirijo al ascensor para volver a bajar al vestíbulo. Entro y pulso la planta cero. Repentinamente sube hasta la planta 28. Las puertas se abren, y un hombre entra. Lo miro de reojo y dios, es alto, muy atractivo y sexy, pelo rubio oscuro peinado hacia atrás, ojos azules casi grises, alto y vestido con un traje de chaqueta negro. Su aroma impregna el ascensor y el calor de su cuerpo parece llegarme, empiezo a ponerme nerviosa.
El hombre se gira y me mira de arriba a bajo, no puedo evitar sonrojarme ligeramente con sus ojos clavados en mí. Finalmente giro mi cabeza y nuestras miradas se conectan, no puedo evitar mirarlo a sus labios, rosados y apetecibles. El hombre abre la boca y empieza a hablar sacándome de mi trance.
- ¿Quién es usted?, no la había visto antes por aquí- pregunta. Su voz era fuerte y sexy, hace que me ponga más nervios y pierda mi seguridad.
- He... He venido a una entrevista- digo tartamudeando, él sigue mirando cada parte de mí, agacho un poco la cabeza.
- ¿Cuál es tu nombre?- su voz resuena en el pequeño espacio.
- Alice Bradford- digo casi en un susurro.
Aunque nuestras miradas no están conectadas puedo sentir sus ojos en mí.
- Alice- susurra él.
El ascensor se para y las puertas se abren, miro hacia ella y veo que a parado en la planta dos, el hombre sale golpeando suavemente mi hombro, una corriente recorre mi cuerpo.
- Nos veremos pronto señorita- dice y las puertas se cierran.
Cojo aire, por un momento se me había olvidado como respirar. Aquel hombre era sexy de una manera elegante. Y quería volver a verlo, necesitaba volver a verlo. ¿Lo haría? Eso esperaba.
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Irresistible
RomanceAlice a comenzado a trabajar en Becher Corporation, una multinacional. Pero no todo es tan fácil como ella pensaba en un primer momento, por qué debido a su jefe experimentará sensaciones que nunca antes había conocido y entrará a un mundo totalment...