Dos

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Parecía ser que lo que escribía esa chica no tenía ni una pizca de sentido para alguien, pero para mí demostraba una manera de lograr saber más acerca de sus pensamientos hacia la sociedad, ¿qué es lo que ella quiere gritar que la tiene ahí sentada sin dirigir la palabra a nadie y solo mostrándome esto a mí? Mi mente no lo comprendía en ese entonces, no la conocía muy bien para juzgar si ella solo quería llamar la atención pareciendo una desquiciada o simplemente esa era su manera de pensar, pero mi respuesta ese día hizo que se convirtiera en mi mejor pesadilla. Rutinario es la manera que tiene ella para referirse a esas bolsas superficiales de carne con la que vivimos día a día, parece ser que los primeros días, a pesar de tener casi en su totalidad su confianza parecía ser que muchas cosas me las ocultaba, como el hecho de porque le molesta tanto la humanidad hasta el punto de tenerle fobia a todo aquel que haga su rutina diaria de todos los modos posibles, todos aquellos que no cambian su vida simple y sencilla y se mueven a hacer algo más arriesgado.

Durante la siguiente semana paso sentada frente a mí, pero había algo peculiar, cambiaba todos los días lo que llevaba, sobre todo sus pulseras, demostrándome que ella no quería repetir su rutina por mas forzoso que fuera en ese tiempo.

Cada día que pasaba me preguntaba más y más acerca de lo que Partyal pensaba, siempre pasaba escribiendo en su cuaderno poemas o historias pero parecía que ninguna le convencía lo suficiente para mostrármela, eran raras las ocasiones en las que ella me mostraba algo en ese tiempo en el que apenas llevábamos unas cuantas semanas de conocernos pero siempre que lo hacía su cara se llenaba de una extraña mirada, una mirada que apartaba su lado de odio por un momento esperando que yo diera mi opinión sobre su nuevo escrito, siempre que lo terminaba de leer ella me preguntaba que me había parecido, siempre daba la misma respuesta.

-Debes mejorar, esto no tiene sentido como siempre. –Respondía siempre no importase lo que fuera. –Mira primero plantea un pensamiento y después que quieres transmitir; por último piensa en como transmitirlo, así de simple, las palabras llegan solas y solo tienes que saber cómo llevarlas al papel.

Siempre la misma respuesta cada vez, pensaba que le llegaría a molestar que una respuesta tan rutinaria le molestara, pero parecía ser que esa rutina a ella le gustaba.

-Oye Pluckted, quiero preguntarte algo ¿Puedo? –Preguntó un día después de que yo terminara de leer otro de sus escritos.

-Claro, pregunta lo que quieras. –Respondo esperando que su pregunta sea porque siempre doy la misma respuesta.

-¿Por qué siempre me dices eso? –Dice agachando la cabeza. –No es que me moleste ni nada pero siempre pienso que me lo dices por algo, algo que me lleva dando vueltas en la cabeza desde hace unas semanas.

El frío lugar se queda en silencio durante un rato, las paredes de concreto se sienten más frías que de costumbre pero ella trasmite una calidez y seguridad de su interior, una seguridad que estoy casi por completo que nunca sintió antes con nadie.

-Ni si quiera yo lo sé. –Respondo, y así es nunca se porque siempre respondo lo mismo, quizá sea el hecho de que no soy un aficionado a la lectura como ella pero en sus poemas puedo ver algo que me dice más acerca de su personalidad, mi mente busca la respuesta adecuada para ella y en el poco instante de pensarla la dejo ir. –Creo que si te digo que debes mejorar tú seguirás escribiendo mucho más y eso mejorara tus poemas y tus relatos, y así yo podría seguir leyendo.

-Bueno supongo que esa fue tu intención desde un principio. –Responde todavía con la cabeza abajo y en un tono de nervios que nunca fue peculiar en ella ni siquiera el día en el que todo se derrumbó, fue la primera y de las pocas veces que la vi nerviosa.

El resto del tiempo fue siempre lo mismo, ella escribiendo y yo leyendo sus escritos, la misma respuesta de siempre, la rutina era algo que a ambos nos molestaba pero esa rutina no parecía molestarnos, queríamos seguir siempre diciendo lo mismo por alguna extraña razón que ambos no comprendíamos, era completamente una sensación nueva para nosotros más cuando nadie nunca se interesó nunca en nuestros pensamientos u opiniones, pero nuestra amistad se fortaleció. 

RutinariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora