En la aldea de Konoha se ah iniciado una juego.
Uno en la que todo se vale.
Las reglas son sencillas.
Los jugadores son:
Uchiha Sasuke
Hyuga Hinata
Su único objetivo hacer caer al otro.
_Todo indica que no ahí más por hacer._ Habló muy feliz Tsunade.
_No._ Dijo un hombre de cabello blanco que miraba por la ventana. _Aún nos falta ver que hacemos con lo chicos.
_Eso es fácil Kakashi._ Contestó Tsunade. _Hatarlos y lanzar los por un río.
Sonrió muy feliz por su gran idea. Mientras Kakashi se preguntaba si serían capas de atrapar a todos al mismos tiempo. Oh tendría que hatarlos uno por uno...
~.~
Cerca De La Entrada De La Aldea.
Una muy triste jovencita de ojos color perla y cabello azulado corría a las afueras de la aldea para escapar de las represalias de su padre al igual que las de su Clan.
Para ella no había escapatoria ó al menos éso creía ella.
En el fondo de su corazón la joven sabía que desear ser un poco más como su primo Neji, no cambiaría nada.
Que por más esfuerzo que ella hiciera jamás lograría ser comos sus amigos.
Aún haci ella deseaba ser digna de su Clan.
La joven siguió caminando sin rumbo ya que lo único que quería era escapar de la realidad que la rodeaba.
Con ese pensamiento la joven llegó a un lugar algo extraño pero hermoso.
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_Como llegué aquí?_ Se preguntaba la joven. _Consentrate Hinata._ Se dijo a ella misma.
Pero sin saberlo y sin querer lágrimas empezaron ah brotar de sus ojos color perla.
La joven no aguanto más y pequeños sollozos empezaron a escucharse en la cueva.
Ella sólo quería sacar de toda la presión que sentía dentro de ella.
Horas pasaron y la joven sólo podía llorar. Cuando sintió que sus ojos ardían de tanto llorar la joven se acercó al agua cristalina de la cueva y con sus manos tomó un poco para limpiar su rostro, cuando logró limpiar todo rastro de llanto.
Miró su reflejo en el agua cristalina. _Tan patética._ Le habló a su reflejo. _Llorando por todo._ Abrazó sus piernas mientra aún miraba su reflejo.
La joven suspiró y lanzó una pequeña piedra al agua formando desde pequeñas ondas asta grandes.
_Que se supone que haga?_ Se pregunto. _No es cómo si pudiera cambiar de la noche a la mañana._ Tomó otra roca y la lanzó con enojo. _Ah!_ Grito ella.
