Ser fiel a tus sentimientos

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Cuando vives como yo he vivido, en lo que menos piensas es en morir. Lamentablemente, en este momento me doy cuenta que una frase coqueta o un poco de dinero no va a salvarme de lo eminente.

Jamás se valora lo que se tiene y yo nunca lo he hecho. Hasta ahora, donde puedo perderlo todo, caigo en la cuenta de lo que Elle me dijo esa noche, eran sin dudarlo, mi única verdad.

Me aleje de la única persona que me amo sin límites, de la única que fue capaz de golpearme para que entrara en razón. La única que he amado, pero tenia miedo, y aún lo tengo.

Él me ama, quiero creer que aun me ama, lo aleje de mí para evitar esto. Para que no le pasará nada.

Y ahora moriré, me gustaría decir que no me importa pero no es así. No soy un suicida, tampoco un masoquista y mucho menos alguien que se deje vencer. Aun así, tengo miedo, quien no lo tendría.

No me imagine que la persona con la se supone voy a casarme, me este haciendo esto. Es cierto que he de casarme para encubrir una farsa, también es cierto que no amo a esa mujer, soy gay, pero si no lo hago le mataran.

También se supone que seré padre. Pero estoy mas seguro que ese bebé, no es mío. Ella ya esta en los últimos meses, y me asombra que aún así pueda tener fuerza para algo como esto.

Elle también esta aquí, mi padre le ha invitado para que sepa, según él, que no le amo. Desde donde estoy puedo verle. Se ve increíblemente sexy, ese traje le marca su cuerpo por completo y mi libido despierta rápidamente es entonces cuando él levanta su vista hacía mí.

Es allí donde me doy cuenta que no puedo, que no importa nada, si mi padre decirle hacerle daño esta bien, yo le protegeré, pero es imperdonable que yo dañe a la persona que me dio su confianza ciegamente.

En este momento no me importa nada, el sacerdote esta hablando sobre la confianza que se deposita en la persona amada. Es aquí donde decido dar un salto de fe.

Todos guardan silencio, oigo cuchicheos de algunas señoritas seguro hablan de que esta será la boda del año. Pero, me centro más y logro captar unos sollozos. Unos sollozos lastimeros y no puedo más.

El sacerdote me habla y yo no respondo, ella me mira enojada, y me da completamente igual. La miro con indiferencia, con la mirada más gelica que puedo tener, ella retrocede pero logro ver un deje de locura en su mirada, pero no le tomo mucha importancia, ahora se que debí.

A sabiendas que puedo perder todo y teniendo en cuenta que todo se trasmite por televisión internacional, doy media vuelta y miro a la audiencia que me observa conmocionada. Pero yo tengo mi vista clavada en la de Elle que me observa con lágrimas en los ojos.

Bajo la atenta mirada de todos, me encamino hacia su asiento y me arrodillo frente a él, le beso los ojos, la frente, todo su rostro y luego le doy un suave beso en los labios. Él me retira con suavidad, me conoce tan bien, sabe que soy capaz de hacerlo mío justo aquí.

—¿Que haces idiota?— Me grita mientras llora escondiendo su rostro en mi cuello.

—Siendo fiel a mis sentimientos, amor.

Miro su rostro y la pequeña sonrisa risueña que aparece en ella. Son unos pocos segundos,  pero, también los más bellos.

Aún así, todo termina mal, mi Elle no sonríe más, esta inerte entre mis brazos, con sus ojos clavados en los míos con su vista perdida.

Trato de gritar, pero no puedo. Entonces levanto la vista y allí esta ella con un arma humeante, apuntándome.

Su mirada esta enloquecida y me observaba desquiciada, supe que moriría y solo logre escuchar una detonación.

Me abrace a su cuerpo protegiéndole, aún sentía su leve respiración. Note un dolor en la espalda y el frío cubrió mi cuerpo, me desplome junto a él.

Lloraba y creo que yo también, pensé en todo lo que vivimos juntos, en la veces en que hicimos el amor, pero en especial, recordé donde inicio todo, aquella promesa que le hice y que hoy no puedo cumplir.

Lo recuerdo en Verona, dibujando en el balcón de Julieta.

"Lo siento, no pude ofrecerte más que un final Shakespeariano".

Prometí cambiar el final de Romeo y Julieta, prometí nunca hacerle llorar. Y estamos aquí frente a Dios, muriendo lentamente en un gran charco de sangre, y aún así me mira como aquella noche en el puente de los suspiros, con el cielo en sus ojos y una sonrisa en sus labios.

Creo que al final de todo, lo que dijo aquella vez es verdad y no me arrepiento de haberle hecho caso.

"Ser infiel a quien te ama es lo peor. Pero, no ser le fiel a tus propios sentimientos por temor a lo que dirán es de cobardes".

No me arrepiento, pero me hubiese gustado que nuestra historia no acabará así. Le miro y él a mí, solo entonces dejo que el sueño me venza y que los recuerdos inunden mi mente.

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2016 ⏰

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