Final feliz

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Las dos princesas si tuvieron un final feliz.

Pero fue en un pasado recóndito.

A pesar de la timidez y la vergüenza que gobernaban los sentidos de la más dulce princesa, ésta pudo lograr confesar su inevitable amor.

Aunque no fue de la mejor manera...

La otra princesa tardó un tiempo en entender.

Muy poco tiempo.

Dio espacio para que su amor entrara.

Y le llevó otro poco tiempo en asimilar su nueva relación.

Cuenta las memorias de un alma en pena que, en un pasado no muy lejano, dos princesas vivieron felices en la tierra.

Los humanos las veían bien.

Sus amigos las veían bien.

Ellas se veían bien.

Y mucho más que los otros con sus bellos vestidos de seda.

Sus preciados ropajes de colores opuestos.

Relucían ante la multitud.

Cuentan las memorias de un alma condenada que, hace poco tiempo, sus dos amigas solo tenían ojos para ellas mismas.

Eran tan felices.

Tan alegres.

Su felicidad contagiaba a su alrededor.

Pero...

A excepción de una persona.

Esa persona no sentía nada.

Nada en su interior.

Esa persona se aburría.

Y en un intento de cambiar las cosas

Arrebató todos los finales felices.

Destruyó el final feliz de las dos princesas.

Cuentan las memorias de un alma vengativa que, en este preciso momento, los recuerdos derribados de dos princesas son una razón para no rendirse, para seguir luchando una vez más...

...para no morir en vano.

«Seis. Ese número es idéntico a la cantidad de tiempo que vivieron felices dos almas

[Alphyne Two-Shot] Las dos princesas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora